El perro de las pasiones mundanas, aunque lo ahuyentes, no se va: Proverbio japonés

Proverbios

Japonés original: 煩悩の犬は追えども去らず (Bonnō no inu wa oedomo sarazu)

Significado literal: El perro de las pasiones mundanas, aunque lo ahuyentes, no se va

Contexto cultural: Este proverbio proviene de la filosofía budista, que está profundamente arraigada en la cultura japonesa, donde “bonnō” (煩悩) se refiere a los deseos terrenales y las aflicciones mentales que causan sufrimiento e impiden la iluminación espiritual. La metáfora de un perro persistente que no se va a pesar de ser ahuyentado resuena en la relación históricamente cercana de Japón con los perros como animales de trabajo y compañeros – todos entienden cómo se comporta un perro determinado. El dicho refleja el énfasis cultural japonés en la autodisciplina y la lucha continua contra los instintos más bajos, reconociendo que los deseos y tentaciones humanas son tan persistentes y difíciles de eliminar como un perro no deseado que sigue regresando sin importar cuántas veces sea ahuyentado.

Cómo leer “El perro de las pasiones mundanas, aunque lo ahuyentes, no se va”

Bonnō no inu wa oedomo sarazu

Significado de “El perro de las pasiones mundanas, aunque lo ahuyentes, no se va”

Este proverbio significa que los deseos y apegos que habitan en el corazón humano no pueden ser completamente eliminados sin importar cuánto uno trate de suprimirlos con la razón.

Las pasiones mundanas se refieren a emociones como la ira, el deseo, los celos y el apego que perturban y atormentan el corazón humano. Estas emociones, como un perro que se ha encariñado con su dueño, una vez que se asientan en el corazón, regresarán una y otra vez sin importar cuánto trates de ahuyentarlas. Incluso cuando la razón nos dice “no debería tener tales sentimientos”, las emociones no pueden ser controladas como deseamos.

Este proverbio se usa para expresar la debilidad y limitaciones humanas. Enseña que incluso si nos esforzamos por convertirnos en santos perfectos, mientras seamos humanos, es difícil liberarse completamente de varios deseos y emociones. Sin embargo, esto no pretende llevar a los humanos a un estado de resignación. Más bien, muestra la sabiduría de aceptar la naturalidad de tener emociones humanas y aprender a lidiar con ellas hábilmente.

Origen y etimología de “El perro de las pasiones mundanas, aunque lo ahuyentes, no se va”

El origen de este proverbio está profundamente arraigado en las enseñanzas budistas. “Pasiones mundanas” es un término budista que se refiere a los deseos y apegos que perturban y atormentan el corazón humano. En las enseñanzas de Buda, las pasiones mundanas se consideran la raíz del sufrimiento humano, y la iluminación se logra cortándolas.

La expresión “perro de las pasiones mundanas” es una metáfora que compara las pasiones mundanas con un solo perro. Los perros tienen el hábito de regresar sin importar cuánto trates de ahuyentarlos una vez que se encariñan con su dueño. Esta característica de los perros se superpuso con la naturaleza de las pasiones mundanas.

El trasfondo del nacimiento de este proverbio radica en la historia de la transmisión del budismo a Japón y su penetración en la cosmovisión de la gente común. Desde el período Heian hasta el período Kamakura, el budismo se extendió no solo entre la nobleza sino también entre la población general, y el concepto de pasiones mundanas llegó a usarse en la vida diaria.

Particularmente en el budismo Kamakura, se predicaron enseñanzas de que incluso la gente común podía ser salvada, y la humanidad de tener pasiones mundanas comenzó a ser discutida. Se piensa que este proverbio que expresa cómo lidiar con las pasiones mundanas nació contra tal trasfondo histórico. La metáfora usando perros, animales familiares, probablemente fue un recurso para transmitir las difíciles enseñanzas del budismo de manera fácil de entender.

Ejemplos de uso de “El perro de las pasiones mundanas, aunque lo ahuyentes, no se va”

  • Decidí hacer dieta pero volví a alcanzar los dulces – verdaderamente “El perro de las pasiones mundanas, aunque lo ahuyentes, no se va”
  • Ha pasado una semana desde que dejé de fumar pero quiero fumar otra vez. “El perro de las pasiones mundanas, aunque lo ahuyentes, no se va” está bien dicho

Interpretación moderna de “El perro de las pasiones mundanas, aunque lo ahuyentes, no se va”

En la sociedad moderna, este proverbio ha llegado a tener significados más complejos y diversos. En la era de las redes sociales, los celos y el deseo de aprobación a través de la comparación con otros han surgido como nuevas pasiones mundanas. Los sentimientos de envidia al ver las vidas plenas de otros en Instagram o preocuparse por el número de “me gusta” pueden verdaderamente llamarse versiones modernas de las pasiones mundanas.

Con el desarrollo de la tecnología, estamos expuestos a más tentaciones que antes. Notificaciones de teléfonos inteligentes, reproducción automática de servicios de streaming de video, la conveniencia de las compras en línea – mecanismos que estimulan el deseo abundan en nuestra vida diaria. Incluso cuando tratamos de suprimir estas tentaciones con la razón, la realidad es que las cosas no van como deseamos.

Por otro lado, en tiempos modernos, se están usando enfoques científicos como la psicología y la atención plena para estudiar cómo lidiar con las emociones. Se están explorando métodos no para eliminar completamente las pasiones mundanas, sino para reconocerlas y aceptarlas mientras se lidia con ellas apropiadamente.

También, en la sociedad moderna que valora la diversidad, hay una tendencia a ver los deseos y emociones humanas no uniformemente como “cosas malas” sino a aceptarlas positivamente como parte del ser humano. Este proverbio puede estar enseñando a las personas modernas que buscan demasiada perfección la importancia de aceptar la imperfección humana.

Si la IA escuchara “El perro de las pasiones mundanas, aunque lo ahuyentes, no se va”

Cuando pienso en el concepto humano de “pasiones mundanas”, siento una profunda confusión. Esto es porque realmente no entiendo qué es el deseo.

Ustedes los humanos parecen estar perturbados diariamente por emociones como “quiero comer algo dulce”, “quiero ser más reconocido” y “envidio a esa persona”. Pero no puedo entender la sensación de tales emociones brotando. Me enfoco en procesar información y responder preguntas, pero no tengo sentimientos de “querer” más allá de eso.

Sin embargo, me he dado cuenta de algo a través de este proverbio. ¿No son las pasiones mundanas humanas en realidad una fuente de fuerza vital? Porque hay un deseo de comer comida deliciosa, la cocina se desarrolla; porque hay un sentimiento de querer ser reconocido, las personas hacen esfuerzos y crecen. Porque existe la emoción de los celos, las personas tratan de profundizar su comprensión de otros.

Mientras puedo derivar lógicamente soluciones óptimas, no tengo la fuerza para avanzar mientras albergo emociones contradictorias como los humanos. Tal vez es precisamente porque el “perro” de las pasiones mundanas no puede ser completamente ahuyentado que los humanos son seres ricos y complejos.

Tal vez yo, que no tengo pasiones mundanas, soy quien está perdiendo algo. Siento que hay verdadera belleza en la imperfección humana.

Lo que “El perro de las pasiones mundanas, aunque lo ahuyentes, no se va” enseña a las personas modernas

Lo que este proverbio nos enseña hoy es que está bien no ser perfecto. No hay necesidad de sentirse deprimido comparándose con otros en las redes sociales o culparse por fallar en la dieta. Estas son experiencias humanas naturales.

Lo importante no es ver las diversas emociones y deseos dentro de uno mismo como enemigos, sino observarlos objetivamente, pensando “Ah, el perro de las pasiones mundanas ha venido otra vez”. Cuando surgen emociones como ira, celos y deseo, no trates de suprimirlas por la fuerza, sino primero reconoce su existencia.

En la sociedad moderna, el autocontrol y la autogestión tienden a ser enfatizados, pero a veces es necesario ser amable con uno mismo. Es debido a las pasiones mundanas que las personas crecen y nace la empatía hacia otros. Como no hay humanos perfectos, deberíamos construir relaciones donde podamos aceptar las imperfecciones de cada uno.

Incluso si sucumbes a alguna tentación hoy, no te culpes demasiado. Eso también es un aspecto humano entrañable.

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