La montaña no es valiosa por ser alta: Proverbio Japonés

Proverbios

Pronunciación de “山高きが故に貴からず”

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Significado de “山高きが故に貴からず”

Este proverbio significa que sin importar qué tan alta sea una montaña, eso por sí solo no la hace valiosa.

Por extensión, enseña que para las personas y las cosas, el verdadero valor no se determina únicamente por una apariencia impresionante o un estatus alto. Expresa la idea de que lo verdaderamente importante es la espiritualidad y la riqueza de contenido que habita en el interior, en lugar de características visibles como la altura de una montaña.

Este proverbio se usa como advertencia cuando tendemos a ser engañados por títulos o apariencias, o cuando nosotros mismos estamos demasiado preocupados por las apariencias externas. Por ejemplo, se usa en situaciones donde el hecho de que alguien se haya graduado de una universidad famosa no necesariamente significa que sea excelente, o el hecho de que algo sea un artículo de lujo no necesariamente significa que sea verdaderamente bueno.

Incluso en tiempos modernos, esta enseñanza es muy significativa en una sociedad con fuerte orientación hacia las marcas y competencia por presumir en las redes sociales. Muestra sabiduría de vida universal de que lo verdaderamente importante es la sustancia, y no debemos ser engañados por el glamour superficial.

Origen y etimología

Se dice que este proverbio se origina del clásico chino “Analectas”. Hay una expresión atribuida a Zixia, un discípulo de Confucio: “La montaña no es valorada por su altura; si hay inmortales, entonces se vuelve famosa”, que se piensa fue transmitida a Japón y evolucionó.

En Japón, comenzó a aparecer en la literatura alrededor del período Heian y inicialmente se usaba a menudo en contextos budistas. La idea subyacente era que el valor de una montaña se determina no por su altura en sí, sino por la virtud de los inmortales o monjes que viven allí.

Durante el período Edo, se hizo ampliamente conocido como parte de la educación de la clase samurái y se estableció como una lección de que el valor de una persona no se determina únicamente por el estatus o la apariencia impresionante. El “noble” en “noble no” significa “valioso, precioso” en japonés clásico, que es ligeramente diferente del significado moderno de “nobleza”.

El trasfondo de por qué este proverbio ha continuado siendo amado por el pueblo japonés radica en los valores culturales de Japón que enfatizan las cualidades internas sobre la apariencia externa. Al usar el ejemplo familiar de las montañas en la naturaleza, encarna la sabiduría de los ancestros que expresaron conceptos morales abstractos de una manera fácilmente comprensible.

Ejemplos de uso

  • Esa empresa está en un edificio de oficinas magnífico, pero como dicen “La montaña no es valiosa por ser alta”, quiero evaluar cuidadosamente cómo es realmente la calidad de su servicio
  • Se graduó de una universidad famosa y tiene títulos impresionantes, pero como dice el dicho “La montaña no es valiosa por ser alta”, juzguémoslo después de ver su desempeño laboral real

Interpretación moderna

En la sociedad moderna, la enseñanza de este proverbio se ha vuelto aún más importante. Esto es porque con la difusión de las redes sociales, muchas personas han desarrollado una tendencia más fuerte a perseguir “buena apariencia” y “éxito superficial”.

En Instagram y TikTok, los estilos de vida lujosos y las vidas diarias aparentemente perfectas atraen la atención. Sin embargo, la realidad detrás de tales publicaciones es incognoscible. Se vuelve importante no ser engañado por la “altura” del número de seguidores o la cantidad de “me gusta”, sino discernir el verdadero carácter y valor de una persona.

Lo mismo se aplica en el mundo de los negocios. Hay abundantes elementos que parecen valiosos a primera vista, como oficinas impresionantes, títulos de universidades famosas y títulos glamorosos. Sin embargo, lo verdaderamente importante es la habilidad real, la humanidad y la sustancia del valor que uno puede proporcionar.

Por otro lado, en tiempos modernos, también hay una tendencia a ir demasiado lejos con el pensamiento “enfocado en la sustancia” y descuidar los estándares mínimos de apariencia y formalidad. Este proverbio no niega completamente la apariencia externa, sino que enseña que no debemos juzgar basándonos únicamente en la apariencia.

En una era donde el avance tecnológico hace fácil crear hermosas imágenes y videos generados por IA, la habilidad de ver a través de la esencia sin ser engañado por información superficial se ha vuelto aún más importante.

Cuando la IA escucha esto

La cultura de los influencers representa un fenómeno que va en dirección completamente opuesta al principio de que “una montaña no es valiosa por ser alta”. La “altura” en forma de número de seguidores se considera la prueba del valor, creando un fenómeno inverso donde un influencer con 1 millón de seguidores es más valorado que un experto con 10,000 seguidores.

Lo fascinante es la “autoridad aparente” que genera este supremacismo numérico. Por ejemplo, existe la realidad de que la información de salud de alguien con 1 millón de seguidores pero escasos conocimientos médicos se difunde más que las publicaciones de médicos especialistas. Es decir, “la altura de la montaña” (número de seguidores) oculta “la presencia o ausencia de joyas” (conocimiento especializado).

Aún más sorprendente es que esta estructura se autorreproduce. Cuantos más seguidores se tienen, más colaboraciones empresariales surgen, aumenta la exposición y crecen aún más los seguidores. Es precisamente un sistema donde “las montañas altas se vuelven más altas”. Por el contrario, quienes difunden información verdaderamente valiosa tienden a quedar enterrados por carecer de espectacularidad.

Sin embargo, irónicamente, con el fin del boom de los influencers, los “microinfluencers” están ganando atención. Se trata de personas que, aunque pocos, tienen seguidores entusiastas, y esto podría ser evidencia de que el valor de las “montañas bajas con joyas” está comenzando a ser reconocido nuevamente. Este retorno de la era de los números por fuerza bruta hacia la era de la calidad está demostrando la validez de los antiguos proverbios.

Lecciones para hoy

Lo que este proverbio enseña a las personas modernas es “la importancia de cultivar la habilidad de ver a través de la esencia”. Precisamente porque vivimos en una era desbordante de información, necesitamos el poder de discernir el verdadero valor de las cosas sin ser engañados por información superficial.

Específicamente, cuando conozcas personas, trata de enfocarte primero en el contenido de lo que dicen y sus acciones, en lugar de sus títulos o apariencia. Al elegir productos, considera la calidad real y el valor para ti mismo en lugar de lo llamativo del empaque.

Este proverbio también es una advertencia para nosotros mismos. Aunque es importante mantener nuestra apariencia, ¿por qué no pasar tiempo cultivando nuestro interior aún más? Profundizar el conocimiento, adquirir habilidades, nutrir la compasión por otros. Tal “altura invisible” se convierte en verdadera riqueza a largo plazo.

Cuando te sientas desanimado por compararte con otros en las redes sociales, recuerda estas palabras. El glamour mostrado en las pantallas es meramente “altura de montaña”. Tu riqueza interior—tu bondad, esfuerzos y motivación para crecer—es lo que tiene verdadero valor.

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