En el mundo que atravesamos no hay demonios: Proverbio japonés y significado

Proverbios

Pronunciación de “渡る世間に鬼はなし”

Wataru yo ken ni oni wa nashi

Significado de “渡る世間に鬼はなし”

El significado original de “En el mundo que atravesamos no hay demonios” es “Mientras te abres camino por el mundo, no hay personas completamente despiadadas y de corazón frío.”

Este proverbio expresa confianza en la naturaleza humana, sugiriendo que sin importar cuán severa pueda parecer alguien, posee compasión y consideración en algún lugar dentro de sí. Los “demonios” a los que se refiere aquí indican personas de corazón frío que carecen completamente de misericordia o compasión. En otras palabras, muestra una visión positiva de la humanidad de que mientras uno viva como ser humano, todos albergan calidez en algún lugar de su corazón.

Este proverbio se usa cuando se enfrentan dificultades en las relaciones humanas o cuando se necesita buscar ayuda de alguien. Se usa con esperanza, pensando “seguramente alguien me echará una mano” o “esa persona severa podría en realidad tener un corazón bondadoso.” Incluso hoy, cuando nos sentimos ansiosos sobre las conexiones con las personas, recordar estas palabras puede darnos valor.

Origen y etimología

Respecto al origen de “En el mundo que atravesamos no hay demonios,” en realidad no quedan fuentes documentales claras. Sin embargo, dado que esta expresión ya se puede encontrar en la literatura del período Edo, se considera un proverbio con al menos varios cientos de años de historia.

La palabra “seken” (mundo/sociedad) tiene una clave importante. El “seken” del período Edo no se refería a la sociedad abstracta en su conjunto como en los tiempos modernos, sino que significaba una red más concreta y familiar de relaciones humanas. Las conexiones entre comerciantes en tratos de negocios, relaciones maestro-aprendiz entre artesanos, y asociaciones vecinales dentro de los pueblos – estas conexiones humanas cara a cara constituían el “seken.”

Respecto a “oni” (demonios), no eran los monstruos con cuernos que la gente moderna imagina, sino que se usaban para significar “persona inhumana” o “persona de corazón frío.” En otras palabras, se presume que este proverbio significaba “dentro de las conexiones humanas, no hay personas completamente frías y despiadadas.”

La sociedad del período Edo tenía un fuerte espíritu de asistencia mutua, con una cultura profundamente arraigada de ayudarse mutuamente en tiempos de problemas. Este proverbio, nacido en tal contexto histórico, probablemente expresaba confianza en la calidez de las relaciones humanas.

Datos curiosos

La expresión “oni” (demonio) que aparece en este proverbio es en realidad una de las palabras más interesantes que ha experimentado cambios en el idioma japonés. Desde tiempos antiguos, “oni” se ha usado no meramente para representar monstruos, sino como una palabra que expresa “seres que han perdido emociones similares a las humanas.” Por esto nacieron expresiones como “persona demoniaca” y “convertirse en demonio,” y el mismo significado se usa en este proverbio.

En la sociedad comercial del período Edo, se piensa que este proverbio tuvo un significado particularmente importante. Dado que la confianza era primordial en los negocios, la creencia de que “cualquier persona debe tener alguna parte donde la emoción humana pueda alcanzarla” era probablemente una forma de pensar indispensable para conducir transacciones comerciales fluidas.

Ejemplos de uso

  • Estaba ansioso por mi nuevo lugar de trabajo, pero En el mundo que atravesamos no hay demonios – todos fueron amables conmigo
  • Estaba preocupado por mi hijo empezando a vivir solo, pero En el mundo que atravesamos no hay demonios, así que probablemente estará bien

Interpretación moderna

En la sociedad moderna, este proverbio ha llegado a tener un significado complejo. Con la expansión de las redes sociales e internet, nuestro “mundo” se ha expandido dramáticamente. Las relaciones con personas cuyos rostros no podemos ver han aumentado, y no es raro que las personas se comporten fríamente bajo el anonimato.

Mirando la calumnia en línea y las guerras de llamas, muchas personas podrían preguntarse “¿realmente no hay demonios?” Con la expansión del trabajo remoto y el debilitamiento de las relaciones humanas directas, las oportunidades de experimentar las “relaciones humanas cálidas” que forman la premisa de este proverbio también pueden estar disminuyendo.

Sin embargo, al mismo tiempo, el valor de este proverbio está siendo reconocido de nuevo precisamente debido a los tiempos modernos. El espíritu de ayuda mutua que las personas muestran durante los desastres, las acciones de los ciudadanos apoyando a los trabajadores médicos durante la pandemia de COVID, la expansión del crowdfunding para ayudar a personas en problemas – la bondad fundamental de la humanidad sigue viva y bien.

Más bien, precisamente porque vivimos en una sociedad de la información, los pequeños actos de bondad y consideración de cada persona se han vuelto visibles y pueden ser transmitidos a muchas personas. Este proverbio funciona como sabiduría preciosa que nos recuerda la confianza básica en las relaciones humanas incluso en la era digital.

Cuando la IA escucha esto

Este proverbio oculta algo extremadamente inusual en la historia cultural japonesa: “la negación de la existencia sobrenatural”. Durante mucho tiempo, los japoneses han temido fuerzas invisibles como los oni y los yokai, viviendo bajo una cosmovisión dominada por estas entidades. Sin embargo, “Wataru seken ni oni wa nashi” niega frontalmente estos objetos de terror.

Lo fascinante es la manera en que se produce esta negación. No dice “los oni no existen”, sino “no hay oni en el mundo”. Es decir, reconoce el concepto de oni pero los excluye del espacio social donde los humanos viven realmente. Esto puede considerarse una declaración revolucionaria para su época: “el dominio humano está gobernado por los humanos”.

Aún más notable es el hecho de que el fundamento para negar a los oni sea “la bondad humana”. Por ejemplo, un proverbio occidental probablemente diría “no hay demonios porque existe la protección divina”, pero este proverbio no depende de dioses o budas. Afirma categóricamente que la compasión y la ayuda mutua entre seres humanos son la fuerza que ahuyenta el mal sobrenatural.

Esto constituye esencialmente una declaración de “humanismo”. En lugar de temer a terrores invisibles, confiemos en los seres humanos que tenemos frente a nosotros. Una cosmovisión tan realista y racional está contenida en estas palabras simples. En la historia espiritual japonesa, es raro encontrar un proverbio que confíe tanto en el poder humano.

Lecciones para hoy

Lo que este proverbio nos enseña a las personas modernas es la importancia de la “inversión anticipada en confianza” en las relaciones humanas. En lugar de empezar dudando de otros, primero trata de creer en las partes buenas dentro de ellos. Tal actitud finalmente se convierte en la base para construir mejores relaciones.

En la sociedad moderna, la eficiencia y racionalidad tienden a ser enfatizadas, pero en las conexiones humanas, la “emoción humana” que a veces parece ineficiente e irracional podría ser lo más valioso. Este proverbio nos recuerda la gratitud que deberíamos sentir por tener personas que nos echan una mano cuando estamos en problemas, que nos escuchan.

Si actualmente estás preocupado por las relaciones humanas, trata de mirar las “partes no demoníacas” dentro de otros. Y para que tú también puedas convertirte en una “existencia no demoniaca” para alguien más, aprecia los pequeños actos de bondad y consideración. El mundo es ciertamente duro, pero los corazones de las personas que lo atraviesan seguramente albergan calidez.

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