Pronunciación de “梅を伐らぬ馬鹿もあり、桜を伐る馬鹿もあり”
ume wo kiranu baka mo ari, sakura wo kiru baka mo ari
Significado de “梅を伐らぬ馬鹿もあり、桜を伐る馬鹿もあり”
Este proverbio nos enseña que cada situación tiene su método apropiado de manejo, y el mismo enfoque no funciona para todo.
Los ciruelos requieren poda, y sin cortar adecuadamente sus ramas, no producirán buenas flores. Por otro lado, los cerezos son sensibles a la poda, y cortar descuidadamente sus ramas puede debilitarlos o matarlos. En otras palabras, no cortar ciruelos es ser un “tonto” que descuida el cuidado apropiado, mientras que cortar cerezos es ser un “tonto” que los maneja sin entender su naturaleza.
Este proverbio se usa cuando se discute cómo abordar a las personas o situaciones. Por ejemplo, se emplea para advertir contra ser demasiado indulgente con alguien que necesita orientación estricta, o ser demasiado duro con alguien que requiere consideración delicada. También se usa en el trabajo y las relaciones humanas para enfatizar la importancia de hacer juicios apropiados basados en la persona o situación, en lugar de aplicar respuestas uniformes. Incluso hoy, este proverbio sigue siendo efectivo en entornos de gestión y educación cuando se expresa la importancia de entender las características individuales y responder en consecuencia.
Origen y etimología
El origen de este proverbio está profundamente conectado con la cultura de jardinería del período Edo. En ese tiempo, los ciruelos y cerezos eran extremadamente populares como árboles de jardín y se plantaban en los jardines de muchas familias de samuráis y comerciantes.
Los ciruelos han sido queridos por el pueblo japonés durante mucho tiempo y se consideraban árboles auspiciosos que florecen primero al final del frío invierno. También eran muy prácticos, con su fruto siendo apreciado para hacer ciruelas encurtidas y con fines medicinales. Sin embargo, los ciruelos tienen la característica de que sin una poda adecuada, sus ramas se vuelven abarrotadas, llevando a una floración pobre y mayor susceptibilidad a enfermedades.
Respecto a los cerezos, durante el período Edo, la cultura de contemplación de flores se extendió incluso a la gente común, haciéndolos extremadamente importantes para propósitos ornamentales. Sin embargo, los cerezos eran delicados, contrastando con los ciruelos: cortar descuidadamente sus ramas debilitaría el vigor del árbol o los haría morir por patógenos que entran a través de los cortes.
Se piensa que este proverbio se originó de tal conocimiento práctico de jardinería. A través de las diferencias en características entre los familiares ciruelos y cerezos, expresaba que cada cosa tiene su manera apropiada de ser manejada: es un dicho que encarna la sabiduría de vida de la gente común del período Edo. Se puede decir que es un proverbio que se desarrolló de lecciones muy prácticas basadas en experiencia real de jardinería.
Datos curiosos
Para la poda de ciruelos, también existe la máxima de jardinería “los tontos cortan cerezos, los tontos no cortan ciruelos”, pero en realidad, el momento óptimo para podar ciruelos es inmediatamente después de la floración. Esto es porque los ciruelos forman los brotes de flores del próximo año en verano, así que podar demasiado tarde impedirá que las flores florezcan.
Una razón por la que los cerezos son sensibles a la poda es que fácilmente contraen enfermedades como la “enfermedad de escoba de bruja” a través de los cortes. Por lo tanto, incluso en las técnicas modernas de paisajismo, la poda de cerezos generalmente se evita tanto como sea posible, o se usan agentes curativos especializados.
Ejemplos de uso
- Los empleados nuevos necesitan orientación estricta, pero para ese niño con personalidad delicada, siguiendo el principio de “Hay tontos que no cortan el ciruelo, y hay tontos que cortan el cerezo”, deberíamos acercarnos a él más gentilmente.
- En lugar de dar a todos el mismo entrenamiento, pensemos en enfoques adaptados a cada individuo en el espíritu de “Hay tontos que no cortan el ciruelo, y hay tontos que cortan el cerezo”.
Interpretación moderna
En la sociedad moderna, la enseñanza de este proverbio se ha vuelto aún más importante. En nuestra era de la información, tendemos a enfatizar la eficiencia y estandarización, pero en las relaciones humanas y gestión organizacional, la importancia de enfoques individualizados ha aumentado en realidad.
Esta forma de pensar es particularmente efectiva en la gestión del lugar de trabajo. Los métodos de gestión uniformes tradicionales no pueden lidiar con trabajadores modernos que tienen valores y estilos de trabajo diversos. Algunas personas demuestran sus habilidades cuando se les da libertad, mientras que otras necesitan instrucciones claras y gestión: requiere ver las características de cada persona y responder en consecuencia.
Lo mismo se aplica en entornos educativos. El enfoque en el aprendizaje individualizado en lugar de solo instrucción uniforme en el aula se alinea perfectamente con el espíritu de este proverbio. Es necesario cambiar enfoques según los estilos de aprendizaje y niveles de comprensión de los niños.
Además, en nuestra era actual donde las redes sociales y la comunicación digital son predominantes, han aumentado los problemas por enviar mensajes unilaterales sin entender la personalidad o situación de la otra persona. Este proverbio nos recuerda nuevamente la importancia de elegir métodos de comunicación apropiados para el receptor.
Mientras la globalización progresa, la colaboración con personas de diferentes trasfondos culturales ha aumentado, y ahora vivimos en una era que demanda formas apropiadas de interactuar basadas en entender las culturas y valores de otros, en lugar de respuestas uniformes.
Cuando la IA escucha esto
Este proverbio expresa magistralmente dos filosofías opuestas arraigadas en la estética japonesa. El ciruelo simboliza la “estética de la intervención”. A través de la poda artificial, el ciruelo permite moldear la disposición de las ramas y flores, persiguiendo una belleza idealizada. Esta es la misma filosofía que encontramos en el bonsái o el diseño de salones de té: una belleza que se completa añadiendo la voluntad humana a la naturaleza.
Por otro lado, el cerezo encarna la “estética de la no-intervención”. Se considera que la belleza del cerezo reside precisamente en su forma natural, y cualquier manipulación artificial se percibe como vulgar. Aquí encontramos una sensibilidad estética que aprecia las cosas tal como son, incluyendo la fugacidad desde la floración plena hasta la caída de los pétalos.
Lo fascinante es que esta oposición no es meramente técnica, sino que refleja diferencias de valores que tocan la médula de la cultura japonesa. La estética de la intervención se conecta con el espíritu del sadō (ceremonia del té) y el ikebana, que buscan la perfección creando artificialmente el “mono no aware” (la melancolía de las cosas). La estética de la no-intervención se vincula con el “mushin” (mente vacía) del zen y la naturalidad del haiku, una sensibilidad que minimiza la intervención humana.
Lo que revela este proverbio es el hecho de que los japoneses han aceptado simultáneamente dos valores estéticos contradictorios dentro de una misma cultura. Tanto el ciruelo como el cerezo son amados según estéticas diferentes, y ambos constituyen pilares fundamentales de la sensibilidad estética japonesa.
Lecciones para hoy
Lo que este proverbio nos enseña hoy es que “no debemos descuidar el esfuerzo de entender a otros”. En nuestras vidas diarias ocupadas, tendemos a interactuar con las personas en los mismos patrones, pero no debemos olvidar que cada persona tiene diferente individualidad y circunstancias.
A tu alrededor también, hay personas que se energizan con palabras de aliento, y otras que quieren ser observadas silenciosamente. Hay personas que crecen a través de orientación estricta, y otras que demuestran sus talentos en ambientes libres. Lo importante es observar a otros cuidadosamente y encontrar la manera más adecuada de relacionarse con cada persona.
Esto no es difícil en absoluto. Escuchando cuidadosamente lo que otros dicen y prestando mucha atención a sus reacciones, naturalmente verás la distancia apropiada y la manera de interactuar. A veces puedes fallar, pero eso también se convierte en experiencia valiosa para entender a otros.
Mientras la eficiencia se enfatiza en la sociedad moderna, en las relaciones humanas, el cuidado de enfrentar a cada persona individual es lo más importante. Tus respuestas consideradas seguramente llegarán al corazón de la otra persona y llevarán a construir mejores relaciones.


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