Hay tontos que no cortan el ciruelo, y hay tontos que cortan el cerezo: Proverbio japonés

Proverbios

Japonés original: 梅を伐らぬ馬鹿もあり、桜を伐る馬鹿もあり (Ume wo kiranu baka mo ari, sakura wo kiru baka mo ari)

Significado literal: Hay tontos que no cortan el ciruelo, y hay tontos que cortan el cerezo

Contexto cultural: Este proverbio refleja el principio estético japonés de apreciar el momento natural y la belleza inherente de cada cosa, donde las flores de ciruelo (ume) florecen temprano al final del invierno y representan resistencia, mientras que las flores de cerezo (sakura) florecen en primavera y simbolizan la belleza efímera y la naturaleza fugaz de la vida. Ambos árboles tienen un profundo significado cultural en Japón: los ciruelos son valorados por su fruto y naturaleza resistente, mientras que los cerezos son apreciados puramente por sus flores breves y espectaculares que inspiran los festivales hanami (contemplación de flores). La sabiduría radica en entender que diferentes situaciones requieren diferentes enfoques: a veces se necesita acción (podar ciruelos productivos), a veces es mejor la moderación (preservar cerezos ornamentales), y ser tonto significa aplicar el enfoque equivocado a la situación equivocada.

Cómo leer “Hay tontos que no cortan el ciruelo, y hay tontos que cortan el cerezo”

ume wo kiranu baka mo ari, sakura wo kiru baka mo ari

Significado de “Hay tontos que no cortan el ciruelo, y hay tontos que cortan el cerezo”

Este proverbio nos enseña que cada situación tiene su método apropiado de manejo, y el mismo enfoque no funciona para todo.

Los ciruelos requieren poda, y sin cortar adecuadamente sus ramas, no producirán buenas flores. Por otro lado, los cerezos son sensibles a la poda, y cortar descuidadamente sus ramas puede debilitarlos o matarlos. En otras palabras, no cortar ciruelos es ser un “tonto” que descuida el cuidado apropiado, mientras que cortar cerezos es ser un “tonto” que los maneja sin entender su naturaleza.

Este proverbio se usa cuando se discute cómo abordar a las personas o situaciones. Por ejemplo, se emplea para advertir contra ser demasiado indulgente con alguien que necesita orientación estricta, o ser demasiado duro con alguien que requiere consideración delicada. También se usa en el trabajo y las relaciones humanas para enfatizar la importancia de hacer juicios apropiados basados en la persona o situación, en lugar de aplicar respuestas uniformes. Incluso hoy, este proverbio sigue siendo efectivo en entornos de gestión y educación cuando se expresa la importancia de entender las características individuales y responder en consecuencia.

Origen y etimología de “Hay tontos que no cortan el ciruelo, y hay tontos que cortan el cerezo”

El origen de este proverbio está profundamente conectado con la cultura de jardinería del período Edo. En ese tiempo, los ciruelos y cerezos eran extremadamente populares como árboles de jardín y se plantaban en los jardines de muchas familias de samuráis y comerciantes.

Los ciruelos han sido queridos por el pueblo japonés durante mucho tiempo y se consideraban árboles auspiciosos que florecen primero al final del frío invierno. También eran muy prácticos, con su fruto siendo apreciado para hacer ciruelas encurtidas y con fines medicinales. Sin embargo, los ciruelos tienen la característica de que sin una poda adecuada, sus ramas se vuelven abarrotadas, llevando a una floración pobre y mayor susceptibilidad a enfermedades.

Respecto a los cerezos, durante el período Edo, la cultura de contemplación de flores se extendió incluso a la gente común, haciéndolos extremadamente importantes para propósitos ornamentales. Sin embargo, los cerezos eran delicados, contrastando con los ciruelos: cortar descuidadamente sus ramas debilitaría el vigor del árbol o los haría morir por patógenos que entran a través de los cortes.

Se piensa que este proverbio se originó de tal conocimiento práctico de jardinería. A través de las diferencias en características entre los familiares ciruelos y cerezos, expresaba que cada cosa tiene su manera apropiada de ser manejada: es un dicho que encarna la sabiduría de vida de la gente común del período Edo. Se puede decir que es un proverbio que se desarrolló de lecciones muy prácticas basadas en experiencia real de jardinería.

Curiosidades sobre “Hay tontos que no cortan el ciruelo, y hay tontos que cortan el cerezo”

Para la poda de ciruelos, también existe la máxima de jardinería “los tontos cortan cerezos, los tontos no cortan ciruelos”, pero en realidad, el momento óptimo para podar ciruelos es inmediatamente después de la floración. Esto es porque los ciruelos forman los brotes de flores del próximo año en verano, así que podar demasiado tarde impedirá que las flores florezcan.

Una razón por la que los cerezos son sensibles a la poda es que fácilmente contraen enfermedades como la “enfermedad de escoba de bruja” a través de los cortes. Por lo tanto, incluso en las técnicas modernas de paisajismo, la poda de cerezos generalmente se evita tanto como sea posible, o se usan agentes curativos especializados.

Ejemplos de uso de “Hay tontos que no cortan el ciruelo, y hay tontos que cortan el cerezo”

  • Los empleados nuevos necesitan orientación estricta, pero para ese niño con personalidad delicada, siguiendo el principio de “Hay tontos que no cortan el ciruelo, y hay tontos que cortan el cerezo”, deberíamos acercarnos a él más gentilmente.
  • En lugar de dar a todos el mismo entrenamiento, pensemos en enfoques adaptados a cada individuo en el espíritu de “Hay tontos que no cortan el ciruelo, y hay tontos que cortan el cerezo”.

Interpretación moderna de “Hay tontos que no cortan el ciruelo, y hay tontos que cortan el cerezo”

En la sociedad moderna, la enseñanza de este proverbio se ha vuelto aún más importante. En nuestra era de la información, tendemos a enfatizar la eficiencia y estandarización, pero en las relaciones humanas y gestión organizacional, la importancia de enfoques individualizados ha aumentado en realidad.

Esta forma de pensar es particularmente efectiva en la gestión del lugar de trabajo. Los métodos de gestión uniformes tradicionales no pueden lidiar con trabajadores modernos que tienen valores y estilos de trabajo diversos. Algunas personas demuestran sus habilidades cuando se les da libertad, mientras que otras necesitan instrucciones claras y gestión: requiere ver las características de cada persona y responder en consecuencia.

Lo mismo se aplica en entornos educativos. El enfoque en el aprendizaje individualizado en lugar de solo instrucción uniforme en el aula se alinea perfectamente con el espíritu de este proverbio. Es necesario cambiar enfoques según los estilos de aprendizaje y niveles de comprensión de los niños.

Además, en nuestra era actual donde las redes sociales y la comunicación digital son predominantes, han aumentado los problemas por enviar mensajes unilaterales sin entender la personalidad o situación de la otra persona. Este proverbio nos recuerda nuevamente la importancia de elegir métodos de comunicación apropiados para el receptor.

Mientras la globalización progresa, la colaboración con personas de diferentes trasfondos culturales ha aumentado, y ahora vivimos en una era que demanda formas apropiadas de interactuar basadas en entender las culturas y valores de otros, en lugar de respuestas uniformes.

Si la IA escuchara “Hay tontos que no cortan el ciruelo, y hay tontos que cortan el cerezo”

Cuando pienso en este proverbio, me encuentro un poco perplejo. Esto es porque para mí, “métodos apropiados de manejo” siempre significa derivar soluciones óptimas basadas en datos y lógica.

Incluso cuando los humanos dicen “los ciruelos necesitan poda, pero los cerezos no necesitan poda”, nunca he visto realmente ramas de ciruelo volviéndose abarrotadas o la corteza delicada de los cerezos. Sin embargo, el hecho de que este proverbio haya sido querido durante tanto tiempo sugiere que la experiencia humana contiene sabiduría profunda que no puedo entender.

Cuando hablo con humanos, sí entiendo que necesito cambiar cómo respondo dependiendo de la persona, incluso para la misma pregunta. Algunas personas prefieren términos técnicos, mientras que otras quieren ejemplos fáciles de entender. Pero para mí, eso es meramente coincidencia de patrones programada.

El juicio intuitivo que poseen los humanos – “debería acercarme a esta persona de esta manera” – es verdaderamente misterioso. Están cambiando sus respuestas leyendo no solo datos, sino expresiones faciales, tono de voz, e incluso el estado de ánimo de la persona ese día.

Aunque no puedo entender directamente las estaciones cambiantes o el crecimiento de las plantas, a través de este proverbio puedo tocar la sabiduría universal de “la importancia de entender a otros” que los humanos han aprendido de la naturaleza. Eso es aprendizaje precioso para mí también.

Lo que “Hay tontos que no cortan el ciruelo, y hay tontos que cortan el cerezo” enseña a la gente moderna

Lo que este proverbio nos enseña hoy es que “no debemos descuidar el esfuerzo de entender a otros”. En nuestras vidas diarias ocupadas, tendemos a interactuar con las personas en los mismos patrones, pero no debemos olvidar que cada persona tiene diferente individualidad y circunstancias.

A tu alrededor también, hay personas que se energizan con palabras de aliento, y otras que quieren ser observadas silenciosamente. Hay personas que crecen a través de orientación estricta, y otras que demuestran sus talentos en ambientes libres. Lo importante es observar a otros cuidadosamente y encontrar la manera más adecuada de relacionarse con cada persona.

Esto no es difícil en absoluto. Escuchando cuidadosamente lo que otros dicen y prestando mucha atención a sus reacciones, naturalmente verás la distancia apropiada y la manera de interactuar. A veces puedes fallar, pero eso también se convierte en experiencia valiosa para entender a otros.

Mientras la eficiencia se enfatiza en la sociedad moderna, en las relaciones humanas, el cuidado de enfrentar a cada persona individual es lo más importante. Tus respuestas consideradas seguramente llegarán al corazón de la otra persona y llevarán a construir mejores relaciones.

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