El onmyōji no conoce su propio estado: Proverbio japonés y significado

Proverbios

Pronunciación de “陰陽師身の上知らず”

Onmyōji mi no ue shirazu

Significado de “陰陽師身の上知らず”

Este proverbio expresa el rasgo humano de “ser capaz de ver a otros claramente y dar consejos precisos, pero ser incapaz de juzgar la propia situación objetivamente.”

Usando la contradicción de que los maestros yin-yang eran hábiles para discernir los destinos y fortunas de otros pero sorprendentemente inconscientes de su propio futuro y eventos circundantes, expresa esta característica que todos los humanos poseen. Esto es porque cuando se trata de nuestros propios asuntos, las emociones se involucran, haciendo difícil el juicio calmado y objetivo.

Se usa en situaciones donde alguien puede dar consejos precisos para los problemas románticos de un amigo pero se vuelve ciego a su entorno cuando se enamora, o donde pueden ver claramente problemas en el trabajo de otros pero fallan en notar áreas de mejora en su propio trabajo. Este proverbio muestra los límites de la cognición humana mientras nos enseña la importancia de escuchar las opiniones de otros.

Origen y etimología

Se dice que el origen de “El onmyōji no conoce su propio estado” surgió de las circunstancias reales de los maestros yin-yang que estuvieron activos desde el período Heian hasta el período Kamakura. Los maestros yin-yang eran especialistas que servían a la corte imperial y la nobleza, realizando observaciones astronómicas, creando calendarios, haciendo juicios sobre la buena y mala fortuna, y tratando enfermedades.

Eran hábiles adivinando los destinos y futuros de otros, identificando causas de enfermedad, y enseñando métodos para evitar desastres. Sin embargo, irónicamente, las vidas de estos maestros yin-yang mismos estaban lejos de ser estables. A menudo estaban a merced de los cambios políticos en la corte imperial, a veces cayendo en desgracia y frecuentemente enfrentando dificultades económicas.

Particularmente desde el período Heian tardío hasta el período Kamakura, el estatus de los maestros yin-yang gradualmente declinó con el ascenso de la clase guerrera. Incluso los descendientes del una vez poderoso Abe no Seimei a veces se encontraron en circunstancias difíciles debido a los tiempos cambiantes.

De este trasfondo histórico, se piensa que esta expresión emergió para representar el rasgo humano universal de que “mientras podemos ver a otros claramente, sorprendentemente no nos entendemos bien a nosotros mismos.” La naturaleza especial de la profesión de maestro yin-yang le da a este proverbio un poder persuasivo profundo.

Datos curiosos

Entre los maestros yin-yang, el particularmente famoso Abe no Seimei en realidad tiene registros que muestran que predijo su propia muerte. Esta es una anécdota interesante que contrasta con “El onmyōji no conoce su propio estado.”

Los “shikigami” usados por los maestros yin-yang no eran en realidad muñecos de papel como se representa a menudo, sino que se referían a seres espirituales que los maestros yin-yang comandaban. Los maestros yin-yang históricos reales eran bastante diferentes de la imagen de maestros yin-yang representada en películas y anime modernos.

Ejemplos de uso

  • El consejero está luchando con problemas de divorcio – es verdaderamente “El onmyōji no conoce su propio estado”
  • Ese consultor de gestión da excelentes planes de mejora para otras empresas, pero su propia empresa continúa operando con pérdidas – esto es exactamente “El onmyōji no conoce su propio estado”

Interpretación moderna

En la sociedad moderna, el significado de este proverbio puede haberse vuelto aún más serio. Con la difusión de las redes sociales, tenemos muchas más oportunidades de espiar las vidas de otros y dar consejos a otros. No es raro que personas que hacen observaciones precisas en secciones de comentarios en realidad estén lidiando con problemas similares en sus propias vidas.

Este fenómeno es particularmente evidente entre personas llamadas influencers y expertos. Los ejemplos son infinitos de influencers de estilo de vida luchando con problemas personales o asesores de inversión fallando en su propia gestión de activos. En nuestra sociedad de la información, la realidad de que el conocimiento especializado y la práctica personal no necesariamente se alinean se ha vuelto destacada.

Por otro lado, este fenómeno no es completamente negativo. Tener experiencia personal y fracasos puede en realidad permitir a alguien proporcionar empatía más profunda y consejos más precisos a otros. En tiempos modernos, los “expertos imperfectos” a menudo son más confiables.

Lo importante es entender esta característica humana y no descuidar los esfuerzos para vernos objetivamente.

Cuando la IA escucha esto

La mayor trampa en la que caen los especialistas es no poder aplicar su propio conocimiento experto a sí mismos. Esto no es simplemente un caso de “no ver lo que tienes delante de las narices”, sino un fenómeno que la ciencia cognitiva llama “efecto de punto ciego del experto”.

En la sociedad moderna, este fenómeno se observa por todas partes. Psicólogos que no se dan cuenta de sus propios problemas mentales, economistas que fracasan en el manejo de sus finanzas personales, profesores de nutrición que llevan estilos de vida poco saludables. Particularmente interesante es cómo los investigadores que desarrollan IA tienden a subestimar la posibilidad de que su propio trabajo sea automatizado por la inteligencia artificial.

Detrás de esto está la “miopía cognitiva”. Cuanto más profundo se vuelve el conocimiento especializado, más difícil resulta dirigir ese conocimiento hacia uno mismo como herramienta de análisis objetivo. Las investigaciones en neurociencia han demostrado que el autorreconocimiento y el reconocimiento de otros activan circuitos neuronales diferentes. Es decir, la frialdad y lógica que aplicamos al analizar a otros se nubla con emociones y deseos cuando se trata de nosotros mismos.

En la sociedad moderna de alta especialización, este “trastorno de autoaplicación del conocimiento” se ha vuelto más grave. La realidad irónica es que cuanto mayor es la especialización, menor se vuelve la capacidad de verse a uno mismo objetivamente. Este antiguo proverbio de los onmyoji advertía hace 1000 años precisamente sobre el dilema estructural que enfrenta la sociedad especializada de hoy.

Lecciones para hoy

Lo que “El onmyōji no conoce su propio estado” enseña a las personas modernas es la importancia de la humildad y la cooperación con otros. Es natural que incluso las personas más excelentes no puedan ser objetivas cuando se trata de sus propios asuntos.

Para aplicar esta lección, comienza reconociendo tus propias limitaciones. Luego mantén una actitud de escuchar honestamente las opiniones de personas en las que confías. Las opiniones francas de amigos, colegas, y a veces incluso subordinados podrían revelar tus puntos ciegos.

También, recuerda estas palabras cuando des consejos a otros. Con un sentimiento humilde de que tú tampoco eres perfecto, deberías poder dar consejos más cálidos que se relacionen mejor con la otra persona.

En la sociedad moderna, hay situaciones crecientes donde debemos hacer todos los juicios solos, pero este proverbio también contiene el mensaje de que “no tienes que manejar todo por ti mismo.” Al utilizar las fortalezas de cada uno y apoyarnos mutuamente, podemos vivir vidas más ricas. Está bien que seas el “maestro yin-yang” de alguien mientras simultáneamente eres ayudado por alguien más.

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