Pronunciación de “残り物には福がある”
nokorimononiha fukugaaru
Significado de “残り物には福がある”
“En las cosas que quedan hay fortuna” significa que entre las cosas que quedan después de que otros han tomado su parte, o entre las cosas que permanecen hasta el final, en realidad hay cosas valiosas y buenas incluidas.
Este proverbio nos enseña que incluso las cosas que quedan después de que las personas han competido para elegir y tomar lo que quieren no son necesariamente de bajo valor, sino que pueden tener un valor como de tesoro para aquellos con un ojo perspicaz. El verdadero valor a menudo está oculto en cosas que parecen innecesarias en la superficie o parecen impopulares.
En cuanto a los escenarios de uso, a menudo se usa para consolar o alentar a las personas que reciben lo que queda al final durante algún tipo de selección o distribución. También se usa cuando se transmite la importancia de no apresurarse a competir por las cosas primero, sino más bien observar calmadamente la situación hasta el final. Incluso en tiempos modernos, esta expresión se entiende como palabras que representan la importancia de discernir cuidadosamente las cosas y la sabiduría de no dejarse engañar por juicios superficiales.
Origen y etimología
Respecto al origen de “En las cosas que quedan hay fortuna”, la teoría de que surgió de las vidas de la gente común durante el período Edo es generalmente aceptada. En Japón en ese momento, desperdiciar comida se consideraba un gran pecado, y las sobras también se trataban con gran cuidado.
Se piensa que el trasfondo de que esta frase echara raíces radica en experiencias reales en el mundo de los comerciantes y artesanos durante el período Edo. En los negocios, los bienes no vendidos o artículos que quedaban hasta el final a menudo traían resultados sorprendentemente buenos. Por ejemplo, la tela que quedaba sin vender hasta el final en una tienda de kimono era en realidad mercancía de alta calidad, por lo que luego se vendería a un precio alto a un cliente perspicaz que llegara más tarde.
Además, la comida que quedaba hasta el final en banquetes o reuniones de festivales a menudo era en realidad la parte más deliciosa o el plato más elaborado, y las personas que llegaban tarde terminaban teniendo una mejor experiencia. Se dice que esta frase nació de la acumulación de tales experiencias.
Además, en la sociedad de ese tiempo, también se inculcaba la lección de que “aquellos que no se apresuren sino que actúen cuidadosamente finalmente lograrán buenos resultados”. Este proverbio se estableció como palabras que expresan la sabiduría de vida de las personas en el período Edo, el espíritu de valorar las cosas, y la importancia de no apresurarse sino discernir cuidadosamente las situaciones.
Ejemplos de uso
- La ropa que quedó al final en la venta de liquidación era en realidad de la mejor calidad – esto es exactamente lo que significa “En las cosas que quedan hay fortuna”
- Elegí la propiedad suburbana que todos evitaban, pero cuando viví allí, el ambiente también era bueno – en las cosas que quedan hay fortuna en verdad
Interpretación moderna
En la sociedad moderna, la interpretación de “En las cosas que quedan hay fortuna” ha cambiado significativamente. En nuestra sociedad de la información, muchas personas tienen una fuerte tendencia a saltar sobre la información más reciente o las cosas populares, y se podría decir que el valor de este proverbio en realidad ha aumentado.
Con la difusión de internet, la información sobre productos y servicios se extiende instantáneamente, y mientras las cosas populares reciben una avalancha de pedidos, las cosas que no atraen atención tienden a ser pasadas por alto. Sin embargo, aquí es precisamente donde se demuestra el verdadero valor de “En las cosas que quedan hay fortuna”. Por ejemplo, destinos turísticos joyas ocultas que no se convierten en tema de conversación, acciones de empresas excelentes con poca atención, o productos de alta calidad que no son mainstream.
En tiempos modernos, este proverbio nos enseña “la importancia de no dejarse engañar por la avalancha de información, sino discernir el valor con nuestros propios ojos”. Las cosas que están causando revuelo en las redes sociales o que ocupan posiciones altas en rankings no son las únicas cosas buenas. Más bien, las cosas verdaderamente valiosas pueden estar durmiendo en lugares que muchas personas pasan por alto.
Además, en el mercado laboral, mientras las aplicaciones se concentran en empresas populares, las empresas con bajo reconocimiento de nombre pero buenos ambientes de trabajo o potencial de crecimiento pueden quedar como “sobras”. Este proverbio está enseñando a las personas modernas de nuevo la importancia de “no dejarse arrastrar por las tendencias, sino tener el ojo para ver a través de la esencia.”
Cuando la IA escucha esto
Desde la perspectiva de la teoría de la asimetría de la información, “lo que queda tiene su fortuna” representa un comportamiento económico sorprendentemente racional.
Esta teoría muestra que cuando existe una diferencia en la información que poseen vendedores y compradores, ocurren fenómenos interesantes en el mercado. Por ejemplo, en el mercado de autos usados, los primeros vehículos en venderse son solo aquellos que lucen bien. Pero en realidad, el verdadero rendimiento importante como el estado del motor o el consumo de combustible no se puede determinar por la apariencia externa.
Las personas que eligen lo que queda tienen tiempo para investigar cuidadosamente después de que otros se han ido. Es decir, obtienen una “ventaja temporal en la recopilación de información”. Aumenta la posibilidad de descubrir valores ocultos que las personas que eligieron apresuradamente pasaron por alto.
Investigaciones reales reportan que la probabilidad de que entre las propiedades inmobiliarias que no se vendieron se incluyan “gangas” superiores en ubicación y estructura es estadísticamente significativa.
Aún más interesante es que el comportamiento mismo de elegir lo que queda se convierte en una estrategia para evitar la “selección adversa”. Mientras que las personas que se apresuran a elegir primero cometen errores de juicio por falta de información, quienes llegan después y recopilan información con calma logran discernir el verdadero valor.
Este proverbio enseñaba, cientos de años antes del desarrollo de la economía, cuán importante es la recopilación de información con tiempo en mercados reales donde no se posee información completa.
Lecciones para hoy
Lo que “En las cosas que quedan hay fortuna” enseña a las personas modernas es que “el verdadero valor no puede medirse por la popularidad superficial o la atención.” Nos recuerda la importancia de no dejarse engañar por el número de “me gusta” en las redes sociales o las posiciones de ranking de búsqueda, sino tener nuestros propios estándares de valor.
En la sociedad moderna, donde la información desborda y hay innumerables opciones, hacer las mismas elecciones que muchos otros tiende a sentirse tranquilizador. Sin embargo, este proverbio también nos da “el coraje de caminar por un sendero diferente al de otros”. La respuesta que es perfecta para ti podría encontrarse entre las opciones que todos los demás no hicieron.
Además, este proverbio enseña “el valor de esperar”. En tiempos modernos cuando tendemos a buscar resultados inmediatos, nos ayuda a reconocer de nuevo la importancia de observar cuidadosamente la situación y hacer juicios prudentes. En lugar de apresurarse a saltar sobre las cosas, al tener la compostura para examinar calmadamente todo el panorama, podemos encontrar buena fortuna inesperada.
Finalmente, este proverbio también cultiva un “corazón de gratitud” en nosotros. Incluso si lo que se nos da es “sobra”, el sentimiento de encontrar valor en ello y apreciarlo. Tal actitud humilde y positiva podría hacer nuestras vidas más ricas.


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