Pronunciación de “百里を行く者は九十を半ばとす”
Hyakuri wo iku mono wa kyūjū wo nakaba to su
Significado de “百里を行く者は九十を半ばとす”
Este proverbio significa “uno no debe bajar la guardia hasta el final de cualquier empresa.”
Al caminar un viaje de cien ri, llegar a noventa ri significa que solo quedan diez ri. Sin embargo, nos enseña que es peligroso sentir alivio pensando “la meta está casi aquí.” Más bien, es una advertencia de que uno debe considerar el punto de los noventa ri como si fuera solo la mitad del viaje y proceder con cautela hasta el final.
Esta expresión se usa en situaciones donde uno necesita protegerse contra la complacencia o el descuido cuando el logro de la meta es inminente. Su verdadero valor se demuestra en situaciones como “solo un poco más”—las etapas finales de la preparación para exámenes, los toques finales de un proyecto, o el período de recuperación de una enfermedad.
Incluso hoy, la psicología humana de ser más propenso al fracaso cuando la meta se vuelve visible permanece sin cambios. No es raro fallar en el último momento al anticipar demasiado pronto la sensación de logro, perdiendo la concentración o descuidando la preparación. Este proverbio es sabiduría práctica de vida nacida de la profunda perspicacia de nuestros predecesores que entendían tales debilidades humanas.
Origen y etimología
Se dice que este proverbio se origina de los clásicos chinos. Expresiones similares se pueden encontrar en textos antiguos como “Estrategias de los Estados Combatientes” y “Registros del Gran Historiador,” y se cree que fue transmitido a Japón junto con textos chinos durante los períodos Nara a Heian.
Originalmente, tomó la forma “El que va cien ri considera noventa ri como la mitad del camino,” explicando la mentalidad apropiada al viajar largas distancias. En la antigua China, se usaba la unidad de distancia “ri,” y cien ri representaba una distancia larga considerable. El transporte en ese tiempo era principalmente a pie, y un viaje de cien ri requería varios días a aproximadamente una semana de viaje arduo.
El trasfondo de este dicho radica en la dureza de los viajes antiguos. El viaje estaba lleno de peligros de bandidos y bestias salvajes, junto con varias dificultades como cambios climáticos y asegurar comida. Particularmente cuando el destino se acercaba, la sensación de alivio a menudo llevaba a la dispersión de la atención, frecuentemente resultando en accidentes o desastres inesperados.
Por lo tanto, las personas sabias enseñaban “Incluso cuando has recorrido noventa ri, piensa en ello como si fuera todavía la mitad del camino,” advirtiendo contra bajar la guardia hasta el final. Esta enseñanza fue transmitida a Japón y se volvió ampliamente apreciada como principios samurái y lecciones de comerciantes. Apareció frecuentemente en libros de instrucción moral del período Edo y permanece como sabiduría preciosa transmitida hasta el presente.
Ejemplos de uso
- Solo queda un mes hasta el examen, pero como “El que va a recorrer cien ri considera los noventa como la mitad del camino,” trabajemos duro sin bajar la guardia hasta el final
- El proyecto alcanzó 90% de finalización, pero con el espíritu de “El que va a recorrer cien ri considera los noventa como la mitad del camino,” realizamos verificaciones finales minuciosas
Interpretación moderna
En la sociedad moderna, la importancia de este proverbio parece haber aumentado aún más. Con el avance de la sociedad de la información, estamos constantemente en un ambiente donde se nos urge a acelerar resultados y buscar eficiencia. En las redes sociales, las actualizaciones de progreso se comparten frecuentemente, y a menudo vemos publicaciones diciendo “casi terminado” o “solo un poco más.”
Sin embargo, precisamente porque vivimos en la era digital, el descuido en las etapas finales puede llevar a consecuencias fatales. Errores de programas, errores de entrada de datos, vulnerabilidades de seguridad—pequeños errores pasados por alto en la etapa de “casi ahí” pueden causar que sistemas enteros colapsen, lo cual no es poco común.
Además, las personas modernas están acostumbradas a ambientes donde pueden obtener retroalimentación inmediata, por lo que su persistencia y concentración para metas a largo plazo tienden a declinar. Mientras pueden absorverse en cosas como juegos que proporcionan satisfacción de logro paso a paso, un número creciente de personas lucha por continuar el esfuerzo constante hasta el final.
Por otro lado, hay voces señalando el “daño del perfeccionismo” que va contra esta enseñanza. A veces el juicio de “pasar a la siguiente cosa porque esto está suficientemente bien” es necesario, y la cautela excesiva puede llevar a oportunidades perdidas. En tiempos modernos, mientras se utiliza el espíritu de este proverbio, puede requerirse juicio flexible según las circunstancias.
Cuando la IA escucha esto
Este proverbio representa una percepción extraordinaria que identificó el sesgo cognitivo conocido como “falacia de planificación” hace 2000 años. Como demostró el economista conductual Daniel Kahneman, los humanos subestiman el tiempo de finalización de las tareas en un promedio del 30-50%. Esto ocurre porque la corteza prefrontal del cerebro realiza automáticamente “predicciones optimistas del futuro”.
Lo particularmente fascinante es que la expresión “noventa como la mitad” de este proverbio coincide con investigaciones reales de neurociencia. Según estudios del MIT, cuando se completa el 90% de una tarea, la predicción de recompensa por dopamina en el cerebro humano disminuye drásticamente, mientras que simultáneamente aumenta el cortisol, la hormona del estrés. Es decir, mientras el cerebro se engaña pensando “ya está prácticamente terminado”, en realidad se está enfrentando a la fase más difícil.
Además, interviene el “fenómeno de atención residual” del cerebro. En el punto del 90%, ya se han consumido enormes cantidades de recursos cognitivos, por lo que la concentración y capacidad de juicio necesarias para el 10% restante disminuyen significativamente. Este es el mecanismo neurocientífico que hace que “el último 10% tenga la dificultad del 50% del total”. Los sabios de la antigua China, sin tecnología de imágenes cerebrales modernas, expresaron perfectamente la esencia de la estructura cognitiva humana a través de una metáfora matemática.
Lecciones para hoy
Lo que este proverbio nos enseña hoy es que “la clave del éxito radica en el 10% final.” En cualquier campo, hay una diferencia inesperadamente grande entre 90% de finalización y 100% de finalización.
En la sociedad moderna, la velocidad tiende a ser enfatizada, pero para producir resultados verdaderamente valiosos, deberíamos dedicar tiempo especialmente a los toques finales. Si actualmente estás trabajando en algo, cuando la meta se vuelve visible, ese es precisamente el momento de enfocar tu concentración una vez más.
Esta enseñanza no aboga por el perfeccionismo. Más bien, proporciona sabiduría para entender y lidiar con las debilidades psicológicas humanas. Todos tenemos sentimientos de querer sentirnos aliviados y cómodos. En lugar de negar estos sentimientos, es importante decirnos a nosotros mismos “este es precisamente cuando se necesita cautela.”
La actitud de trabajar duro sin rendirse hasta el final no solo mejora la calidad de los resultados sino que también contribuye a tu propio crecimiento. La experiencia de superar dificultades se convierte en confianza para el siguiente desafío y enriquece tu vida.


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