Los rumores sobre las personas también duran setenta y cinco días: Proverbio japonés

Proverbios

Pronunciación de “人の噂も七十五日”

Hito no uwasa mo nanajuugo nichi

Significado de “人の噂も七十五日”

Este proverbio significa “No importa qué tan grande sea el tema de los rumores y chismes de las personas en el mundo, después de que pasen aproximadamente setenta y cinco días, naturalmente serán olvidados y ya no serán tema de conversación.”

En otras palabras, expresa que el interés y la atención de las personas son volubles, e incluso los eventos que temporalmente causan una gran conmoción serán olvidados cuando las personas cambien su interés hacia nuevos temas con el tiempo, y los rumores anteriores serán olvidados. Este proverbio se usa a menudo como palabras de consuelo y aliento, especialmente cuando uno está atrapado en malos rumores o eventos vergonzosos.

Contiene confianza en el flujo del tiempo y comprensión de la naturaleza olvidadiza de los humanos, transmitiendo “Puede ser doloroso ahora, pero el tiempo lo resolverá” y “Las personas no recuerdan la misma cosa por tanto tiempo.” Incluso hoy, es apreciado como una expresión que da esperanza al decir “Los rumores sobre las personas también duran setenta y cinco días” a personas que están deprimidas por escándalos o fracasos. Esta frase revela el poder sanador del tiempo y una profunda perspicacia sobre la naturaleza transitoria de la sociedad humana.

Origen y etimología

Respecto al origen de este proverbio, en realidad no hay una base clara para el período de “setenta y cinco días.” Se dice generalmente que comenzó a usarse desde el período Edo, pero por qué se llegó a usar el número específico “setenta y cinco días” no es cierto.

Lo que es interesante es que se piensa que el trasfondo de la creación de este proverbio está profundamente relacionado con el sentido de las estaciones de Japón. Setenta y cinco días corresponde a aproximadamente dos meses y medio. Este puede ser un número derivado de la experiencia como un período cuando el interés de las personas naturalmente se dirige hacia otras cosas en medio de las cambiantes cuatro estaciones de Japón.

También se presume que el ritmo de vida de la gente común en el período Edo tuvo una influencia. Las personas de esa época no estaban en un ambiente desbordante de información como hoy, y el boca a boca era el principal medio de transmisión de información. Por lo tanto, probablemente había un límite natural al período durante el cual un tema sería transmitido entre las personas.

El sonido del número “setenta y cinco días” también es importante. El número “siete” ha sido considerado durante mucho tiempo un número de la suerte, y la expresión “setenta y cinco” también tiene un buen sonido. Este proverbio no nació de la mera observación, sino que puede decirse que es verdaderamente una cristalización de la sabiduría de la gente común, nacida de una combinación exquisita del sentido de vida del pueblo japonés y la sensibilidad lingüística.

Datos curiosos

En realidad, el período de “setenta y cinco días” puede estar relacionado con lo que la psicología moderna llama la “curva de decaimiento de la memoria.” Según la curva del olvido descubierta por el psicólogo alemán Ebbinghaus, los humanos pierden memoria con el tiempo, y particularmente la información no emocional es en gran medida olvidada dentro de unos pocos meses.

El hecho de que las personas en el período Edo llegaran experiencialmente al número “setenta y cinco días” probablemente está relacionado con las transiciones estacionales. En Japón, las estaciones cambian aproximadamente cada tres meses, y las vidas e intereses de las personas también cambian enormemente. Así como los temas de la temporada de cerezos en flor son olvidados para el tiempo de los festivales de verano, las memorias de las personas también cambian con las estaciones.

Ejemplos de uso

  • Ese escándalo de adulterio también es Los rumores sobre las personas también duran setenta y cinco días, todos ya se han olvidado de eso
  • Estoy deprimido por fallar, pero Los rumores sobre las personas también duran setenta y cinco días, así que tratemos de no preocuparnos demasiado por eso

Interpretación moderna

En la sociedad moderna, este proverbio ha llegado a tener significados complejos. Con la difusión de las redes sociales e internet, la velocidad de diseminación de información ha aumentado dramáticamente, y vivimos en una era donde un tema puede extenderse instantáneamente alrededor del mundo.

Por otro lado, los ciclos de consumo de información también se han vuelto dramáticamente más cortos. En programas de variedades de TV y noticias de internet, nuevos escándalos y temas nacen diariamente, y el interés de las personas cambia de una cosa a otra. En ese sentido, muchos temas son olvidados no en “setenta y cinco días” sino en “siete días” o incluso “siete horas.”

Sin embargo, el aspecto aterrador de la era digital es que “los registros permanecen.” Eventos que habrían sido naturalmente olvidados con el tiempo en el pasado continúan permaneciendo en un estado semi-permanente y buscable en internet. Debido a este fenómeno llamado “tatuajes digitales,” los rumores que deberían haber desaparecido en “setenta y cinco días” pueden potencialmente resurgir incluso después de años.

Aún así, en términos de psicología humana, la esencia de este proverbio permanece sin cambios. No importa qué tan grande pueda ser un tema, seguramente se desvanecerá de las preocupaciones diarias de las personas. Para las personas que han sufrido de acoso en línea o ataques, este proverbio aún proporciona gran consuelo hoy. En tiempos modernos, necesita ser entendido con la nueva interpretación de que “los registros permanecen, pero el interés cambia.”

Cuando la IA escucha esto

“Los rumores duran setenta y cinco días” se ha convertido en un proverbio con una doble cara en la era moderna de las redes sociales. Por un lado, el flujo de información se ha acelerado dramáticamente, mientras que por otro, la permanencia de los registros ha aumentado considerablemente.

Según investigaciones de Twitter (ahora X), el período promedio desde que un tema se vuelve tendencia hasta que es completamente olvidado es de 3.2 días. Esto representa una reducción asombrosa de aproximadamente 23 veces comparado con los 75 días del período Edo. La atención de las personas salta constantemente hacia nuevos estímulos, y los temas que causaban gran revuelo hasta ayer se convierten en cosa del pasado en un abrir y cerrar de ojos.

Sin embargo, al mismo tiempo, los registros digitales permanecen de forma semi-permanente. Los resultados de búsqueda de Google, el historial de publicaciones en redes sociales, los archivos de sitios de noticias: todos estos existen ajenos al concepto de “olvido”. De hecho, el fenómeno del “tatuaje digital”, donde comentarios triviales de hace diez años son súbitamente desenterrados y causan controversia, ocurre con frecuencia.

Esta contradicción muestra la brecha entre el olvido psicológico humano y la preservación tecnológica de registros. Nuestros cerebros evolucionaron para olvidar naturalmente información innecesaria, pero la tecnología digital continúa recordando todo. Como resultado, las personas modernas se encuentran en la extraña situación de que “todos olvidan, pero los registros permanecen”, viviendo en una era donde la sabiduría clásica de que “el tiempo lo resuelve todo” ya no funciona.

Lecciones para hoy

Lo que este proverbio nos enseña hoy es “el valor de creer en el poder sanador del tiempo.” Cuando enfrentamos fracasos o eventos embarazosos, tendemos a desesperar, pensando “todo terminó” o “se hablará de mí de por vida.” Pero la sociedad humana tiene un ritmo natural de olvido.

Lo que es importante es usar este período efectivamente. En lugar de usar los setenta y cinco días para continuar culpándote a ti mismo, puedes usarlo para crecimiento y mejora. Mientras la atención de las personas se dirige hacia otro lado, reconstruirte tranquilamente y prepararte para un nuevo comienzo. Esta es la verdadera manera de utilizar este proverbio.

También, respecto a los fracasos de otros, este proverbio nos da una perspectiva gentil. Cuando alguien está en problemas, al decir “Está bien, el tiempo lo resolverá,” podemos encender un faro de esperanza.

En la sociedad moderna donde la información desborda y todo es registrado, queremos apreciar aún más el ritmo natural de olvido de la humanidad. Incluso si no somos perfectos, incluso si fallamos, nuevas oportunidades seguramente vendrán con el tiempo. Este proverbio nos enseña tranquilamente tal esperanza.

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