Pronunciación de “話し上手は聞き上手”
Hanashi jouzu wa kiki jouzu
Significado de “話し上手は聞き上手”
Este proverbio significa “Una persona que es verdaderamente hábil hablando también es hábil escuchando a otros.”
En otras palabras, nos enseña que para convertirse en un excelente orador, uno debe primero ser un excelente oyente. Al escuchar cuidadosamente lo que otros dicen, puedes entender lo que están buscando y cómo se sienten. Solo con esta comprensión puedes hablar de una manera que realmente resuene con sus corazones.
Este proverbio se usa cuando se discuten habilidades de comunicación o cuando se da consejo sobre construir relaciones humanas. Simplemente hablar unilateralmente sobre lo que quieres decir no te convierte en verdaderamente “hábil hablando.” Una persona que puede ponerse en el lugar de la otra persona y hablar lo que la otra persona quiere escuchar en el momento apropiado es un orador verdaderamente hábil. Incluso hoy, esta enseñanza se utiliza como una guía muy importante en ventas, servicio al cliente, educación y otros campos.
Origen y etimología
Respecto al origen de “Los que hablan bien son los que escuchan bien,” no quedan registros documentales claros, pero se cree que se volvió ampliamente usado desde el período Edo hasta el período Meiji.
El trasfondo del nacimiento de estas palabras radica en la cultura de comunicación tradicional de Japón. Desde tiempos antiguos, Japón ha valorado la comunicación que no depende de palabras, como el “entendimiento tácito” y “leer entre líneas.” Dentro de tal cultura, la importancia de escuchar cuidadosamente a otros fue naturalmente reconocida.
Particularmente en el mundo mercantil, escuchar cuidadosamente a los clientes se consideraba el secreto de la prosperidad comercial. Los comerciantes de Edo apreciaban la enseñanza de que “aquellos que escuchan las voces de sus clientes tendrán éxito,” y se presume que esto se estableció como un proverbio.
También, en las culturas tradicionales japonesas como la ceremonia del té y el arreglo floral, se ha enfatizado la actitud de escuchar humildemente las enseñanzas del maestro. Porque había tal suelo cultural que valoraba “escuchar,” este proverbio puede haber echado raíces profundas en los corazones de las personas. Después del período Meiji, cuando la retórica occidental entró a Japón, se piensa que este proverbio atrajo aún más atención como palabras que expresan la visión única de Japón sobre la comunicación.
Ejemplos de uso
- Creo que su éxito en ventas es un ejemplo típico de los que hablan bien son los que escuchan bien
- Me enseñaron en el entrenamiento de nuevos empleados que los que hablan bien son los que escuchan bien, pero ponerlo en práctica es más difícil de lo que pensé
Interpretación moderna
En la sociedad moderna, el significado de este proverbio ha ganado aún más profundidad. Ahora que las redes sociales y las aplicaciones de mensajería se han vuelto mainstream, muchas personas están absortas en “transmitir,” pero mientras más verdaderamente influyentes son las personas, más entienden la importancia de escuchar las voces de otros.
Mirando a las personas que han tenido éxito como YouTubers e influencers, aquellos que leen cuidadosamente comentarios y retroalimentación y proporcionan contenido que los espectadores están buscando reciben apoyo a largo plazo. Esto puede verdaderamente llamarse la versión moderna de “Los que hablan bien son los que escuchan bien.”
En el mundo de los negocios, este principio permanece sin cambios. Los excelentes representantes de ventas se enfocan más en extraer las preocupaciones y solicitudes de los clientes en lugar de pasar tiempo en explicaciones de productos. Las personas que son buenas en presentaciones también captan las necesidades de su audiencia con anticipación y transmiten apropiadamente información que la otra parte quiere conocer.
Sin embargo, también hay desafíos únicos de los tiempos modernos. En una era de sobrecarga de información, el acto de “escuchar” en sí mismo se ha vuelto difícil. En un ambiente donde los sonidos de notificación continúan sonando, concentrarse en lo que otros están diciendo es más difícil que antes. Precisamente por eso, crear conscientemente “tiempo para escuchar” se ha vuelto una condición esencial para convertirse en un orador hábil moderno.
Incluso mientras la tecnología avanza, la esencia de la comunicación humano-a-humano no cambia. Más bien, como las interacciones mecánicas han aumentado, el valor de una actitud de “escucha” sincera puede estar aumentando.
Cuando la IA escucha esto
Cuando las personas logran que alguien las escuche, su cerebro libera sustancias químicas del placer. Cuando el oyente presta atención genuina, asiente apropiadamente o hace preguntas, el cerebro del hablante libera dopamina, generando una satisfacción similar a la de comer algo delicioso. Además, cuando se sienten comprendidas, también se secreta oxitocina, conocida como la “hormona del amor”, aumentando inconscientemente la cercanía y confianza hacia quien las escucha.
Lo fascinante es que el cerebro registra a quien nos proporciona este placer como una “persona valiosa”. Las investigaciones en neurociencia han revelado que hablar sobre uno mismo activa intensamente el sistema de recompensa cerebral, y reconoce a quien nos brinda este placer como “alguien con quien queremos estar de nuevo”. En otras palabras, saber escuchar bien es literalmente grabar en el cerebro del otro la impresión de que “me siento bien con esta persona” a nivel biológico.
Por otro lado, muchas personas que parecen atractivas como conversadoras son, en realidad, expertas en hacer hablar a otros. Inconscientemente estimulan el sistema de recompensa de su interlocutor, aumentando su simpatía hacia ellas. Como resultado, son evaluadas como “personas con conversaciones interesantes”, cuando en realidad dominan la técnica de hacer que otros hablen cómodamente. Este proverbio logró capturar una verdad neurocientífica sobre las relaciones humanas.
Lecciones para hoy
Lo que este proverbio nos enseña a nosotros las personas modernas es que la verdadera habilidad de comunicación consiste tanto en “la habilidad de transmitir” como en “la habilidad de recibir.”
En nuestras vidas diarias ocupadas, tendemos a priorizar lo que queremos decir. Pero al tomar tiempo para dirigir nuestros corazones hacia las historias de otros, las relaciones humanas se vuelven sorprendentemente ricas. En conversaciones con familia, charlas con amigos, e interacciones en el trabajo, trata de empezar con “escuchar primero” en todas las situaciones.
Cuando escuches a otros, trata de dejar tu smartphone, mirar a sus ojos, y dirigir tu corazón hacia ellos. Al hacer esto, puedes ver lo que la otra persona realmente quiere transmitir. Y solo con esa comprensión tus palabras llegarán al corazón de la otra persona.
En la sociedad moderna, la “habilidad de transmisión” tiende a ser enfatizada, pero las personas con real influencia valoran la “habilidad de recepción” igual de mucho. ¿Por qué no tratas también de hacer el hábito de escuchar primero antes de hablar, empezando hoy? Seguramente, tus relaciones con las personas a tu alrededor se volverán más cálidas y profundas que nunca antes.
Escuchar es amar. Y también es ser amado.


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