Pronunciación de “豚もおだてりゃ木に登る”
Buta mo odaterya ki ni noboru
Significado de “豚もおだてりゃ木に登る”
El significado original de este proverbio es: “No importa cuánto adules a alguien, lo que es imposible debido a sus habilidades o naturaleza es absolutamente imposible.”
Así como un cerdo no puede subir a un árbol sin importar cuánto lo adulen, los humanos también tienen límites en sus habilidades y aptitudes innatas, y es inútil forzarlos más allá de estos límites. La interpretación comúnmente vista hoy en día de que “la adulación puede hacer que cualquiera sea capaz de cualquier cosa” es en realidad completamente opuesta al significado original.
Este proverbio se usa principalmente como advertencia cuando uno está a punto de perder de vista la realidad. Por ejemplo, cuando se trata de asignar una tarea imposible a alguien que claramente carece de la habilidad, o cuando se colocan expectativas irreales en alguien ignorando su aptitud, uno diría “eso es como decir ‘Hasta un cerdo subirá a un árbol si lo adulas.'”
En otras palabras, este proverbio no está negando el esfuerzo o el aliento, sino enseñando la importancia del juicio realista. Muestra la importancia de entender que cada persona tiene sus fortalezas y debilidades, y darles roles apropiados basados en esta comprensión.
Origen y etimología
Respecto al origen de este proverbio, no se ha encontrado evidencia documental clara en la actualidad. Sin embargo, se cree que comenzó a usarse entre la gente común desde finales del período Edo hasta la era Meiji.
La razón por la que se eligió al “cerdo” como animal es bastante interesante. Los cerdos son originalmente animales de cuatro patas que caminan firmemente en el suelo, convirtiéndolos en las criaturas menos probables de subir árboles. Esta imposibilidad física es la esencia misma de este proverbio. La gente del período Edo, viendo el cuerpo pesado y las patas cortas del cerdo, debe haber sentido que “no hay animal menos adecuado para trepar árboles que este.”
La palabra “adular” (odateru) también es un elemento importante. Desde tiempos antiguos en Japón, hacer que alguien se sienta bien elogiándolo se ha expresado como “odateru.” Sin embargo, este proverbio se enfoca en la naturaleza superficial y temporal de la “adulación.”
Se especula que la cultura mercantil del período Edo estuvo detrás del nacimiento de este proverbio. Adular a los clientes era una habilidad importante en los negocios, pero la gente también entendía sus limitaciones. No importa cuánto adules, lo que no se puede hacer no se puede hacer. Esta sabiduría práctica se expresó a través de la combinación extrema de cerdos y trepar árboles.
Datos curiosos
Los cerdos son en realidad animales muy inteligentes, considerados de tener mayor inteligencia que los perros. También tienen excelente memoria y pueden incluso aprender sus propios nombres. Sin embargo, debido a su peso pesado y patas cortas, trepar árboles es físicamente imposible para ellos.
El acto de “adular” usado en este proverbio en realidad no funciona con los cerdos. Los cerdos son animales muy prácticos y difícilmente cambiarán su comportamiento sin recompensas concretas como comida.
Ejemplos de uso
- Quieres que tu hijo se convierta en doctor, pero con esas calificaciones, es como “Hasta un cerdo subirá a un árbol si lo adulas”
- El gerente está elogiando a Tanaka-san que no es adecuado para ventas, pero es “Hasta un cerdo subirá a un árbol si lo adulas” – es irrealista
Interpretación moderna
En la sociedad moderna, el significado original de este proverbio es muy malentendido. Debido a la influencia de las redes sociales y los medios, la tendencia de “puedes hacer cualquier cosa si lo intentas” y “nada es imposible con motivación” se ha fortalecido, y más personas están usando “Hasta un cerdo subirá a un árbol si lo adulas” para significar “el elogio mejora la habilidad.”
Sin embargo, esto es poner el carro delante del caballo. Quizás la enseñanza original de este proverbio es más importante que nunca en los tiempos modernos. Al entrar en la era de la IA, se vuelve cada vez más importante identificar la individualidad y aptitud de cada persona. No todos necesitan apuntar a lo mismo; lo que se requiere es que cada persona demuestre sus habilidades en sus áreas de fortaleza.
Este malentendido también está creando problemas serios en entornos educativos. El pensamiento basado en determinación como “todos pueden entrar a la Universidad de Tokio si se esfuerzan” puede en realidad causar sufrimiento a los niños. Si entendemos el significado original del proverbio, deberíamos darnos cuenta de la importancia de encontrar y desarrollar la aptitud de cada niño en lugar de colocar expectativas irreales en ellos.
Lo mismo aplica en el mundo empresarial. En lugar de adular a los subordinados y forzar tareas imposibles en ellos, ser consciente de colocar a la persona correcta en la posición correcta lleva al éxito de toda la organización. Este proverbio puede decirse que está aumentando en valor en la sociedad moderna que enfatiza la diversidad.
Cuando la IA escucha esto
El “descontrol del deseo de reconocimiento” que ocurre en las redes sociales actuales es exactamente el fenómeno del cerdo que trepa al árbol. Según la “teoría del bucle de dopamina” de la psicología, cada vez que una persona recibe elogios, se secretan sustancias de placer en el cerebro, cayendo en un estado adictivo donde desea más.
Por ejemplo, el hecho de que no cesen los videos grabados en lugares peligrosos en TikTok es el resultado de embriagarse con los “me gusta”, la versión moderna de la “adulación”. Las personas que al principio hacían publicaciones normales se vuelven gradualmente más extremas a medida que aumentan sus seguidores. Esto coincide perfectamente con la estructura del cerdo que, elogiado y envalentonado, intenta trepar un árbol, algo que originalmente no debería poder hacer.
Lo interesante son los patrones de comportamiento de los influencers polémicos. Ellos logran convertir incluso los comentarios críticos en placer, transformándolos en “prueba de que están recibiendo atención”. Es decir, continúan con la ilusión de que “aún pueden seguir trepando” incluso cuando están a punto de caerse del árbol.
Una investigación estadounidense reveló que la reacción cerebral al ver “me gusta” en redes sociales activa las mismas áreas que cuando se gana en el juego. Los humanos modernos están colocados en un “entorno de adulación constante” a una escala que la gente del período Edo jamás habría imaginado, y la realidad es que el cerdo trepando árboles se ha vuelto algo cotidiano.
Lecciones para hoy
Lo que este proverbio nos enseña a las personas modernas es la importancia del “valor de no exagerar.” Aunque es maravilloso trabajar duro para volverse capaz de cualquier cosa, a veces es necesario reconocer “esto no es para mí.”
Seguramente tienes cosas en las que eres bueno y cosas en las que no eres bueno. Aunque el esfuerzo para superar las debilidades es importante, trata de pasar más tiempo desarrollando tus fortalezas. En lugar de un cerdo perdiendo tiempo tratando de trepar un árbol, es mucho más valioso perfeccionar una forma de vivir como cerdo.
Lo mismo aplica cuando miras a las personas a tu alrededor. En lugar de forzar a alguien a trabajar duro en sus áreas débiles, encuentra y utiliza los puntos buenos de esa persona. ¿No es esa la verdadera compasión?
Los tiempos modernos son una era de diversidad. No todos necesitan ser iguales. Tú sé tú mismo, yo seré yo mismo. Podemos apoyarnos mutuamente mientras apreciamos nuestras respectivas individualidades. Este proverbio podría estar enseñándonos pistas para crear tal sociedad gentil.


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