Pronunciación de “習慣は第二の天性なり”
Shūkan wa daini no tensei nari
Significado de “習慣は第二の天性なり”
Este proverbio significa que las acciones y patrones de pensamiento repetidos diariamente se vuelven tan sólidos e inmutables como las características innatas de una persona.
En otras palabras, los hábitos que se continúan todos los días eventualmente se convierten en parte del carácter natural y las habilidades de esa persona, permitiendo que se realicen automáticamente sin pensamiento consciente. Abarca ambos lados: si desarrollas buenos hábitos, se vuelven segunda naturaleza y enriquecen tu vida, mientras que por el contrario, los malos hábitos se vuelven difíciles de superar.
Este proverbio se usa principalmente en contextos educativos y de automejoramiento. Se emplea al aprender nuevas habilidades, al querer cambiar el carácter de uno, o en la educación de los niños para explicar la importancia del esfuerzo continuo. Una vez que los hábitos se establecen, se expresan a nivel inconsciente, permitiendo que se tomen acciones deseables sin depender de la fuerza de voluntad. En tiempos modernos, este principio se aplica en varios campos como el entrenamiento básico para atletas, el establecimiento de hábitos de estudio y la construcción de hábitos de vida saludables.
Origen y etimología
“El hábito es la segunda naturaleza” se dice que se origina de las palabras del antiguo filósofo romano Cicerón: “Consuetudo est altera natura (el hábito es la segunda naturaleza).” Esta máxima está profundamente arraigada en el pensamiento educativo europeo y ha sido continuamente citada por muchos educadores y pensadores desde la época medieval hasta la moderna temprana.
Se cree que fue introducida a Japón junto con la introducción de la civilización occidental durante la era Meiji. Japón en ese momento estaba experimentando una modernización rápida y adoptando activamente principios educativos occidentales y conceptos morales, y esta máxima también se extendió a través de entornos educativos y libros de ilustración. Fue particularmente posicionada como una enseñanza importante para la formación del carácter en las clases de “cultivo moral” y educación moral.
La palabra “naturaleza” se usa para expresar el significado de volverse tan sólido e inmutable como las características innatas de uno. Desde tiempos antiguos, las personas han entendido intuitivamente que la acumulación diaria moldea las partes esenciales de los seres humanos, y esta máxima expresa esto en palabras concisas e impresionantes. El hecho de que todavía se cite frecuentemente en los campos de educación y autodesarrollo hoy en día es prueba de su verdad universal.
Ejemplos de uso
- Gracias a continuar mi trote matutino durante tres años, como dicen “El hábito es la segunda naturaleza”, ahora me siento incómodo si no corro
- Si desarrollas el hábito de leer libros desde la infancia, como sugiere “El hábito es la segunda naturaleza”, naturalmente continuarás absorbiendo conocimiento incluso como adulto
Interpretación moderna
En la sociedad moderna, el significado de este proverbio se ha vuelto más complejo y multifacético. En la era digital de hoy, inconscientemente desarrollamos muchos hábitos nuevos. La acción de tomar un teléfono inteligente, la frecuencia de revisar las redes sociales, los patrones de recopilación de información en línea – todos estos se han convertido en versiones modernas de “segunda naturaleza.”
Particularmente notable es que la velocidad de formación de hábitos ha aumentado dramáticamente. Los sistemas de notificación de aplicaciones y los algoritmos aprenden nuestros patrones de comportamiento y crean hábitos más fuertes en períodos más cortos. Esto tiene aspectos positivos pero también riesgos de crear patrones de comportamiento dependientes.
Por otro lado, la era moderna también ha dado a luz al concepto de “diseñar hábitos.” Las metodologías para diseñar intencionalmente buenos hábitos y romper los malos se están estableciendo usando conocimientos de la ciencia del comportamiento y la psicología. Hay movimientos activos para controlar científicamente los hábitos a través de la gestión de hábitos basada en aplicaciones, el cambio de comportamiento a través del diseño ambiental, y “micro-hábitos” que comienzan con pequeños cambios.
Sin embargo, en el mundo actual que cambia rápidamente, los hábitos una vez establecidos también necesitan ser actualizados para coincidir con los tiempos. Los hábitos de trabajo de una era cuando el empleo de por vida era la norma pueden no funcionar hoy. En otras palabras, las personas modernas deben equilibrar la fijeza de los hábitos como “segunda naturaleza” con la flexibilidad para adaptarse a los tiempos.
Cuando la IA escucha esto
La frase “el hábito es una segunda naturaleza” describe perfectamente el fenómeno que la neurociencia llama “neuroplasticidad”. Cuando repetimos la misma acción una y otra vez, literalmente se forman nuevos circuitos neuronales físicos en nuestro cerebro, mientras que los antiguos se debilitan. Esto no es una metáfora: son cambios estructurales reales que se pueden observar con resonancia magnética.
Por ejemplo, un estudio que examinó los cerebros de taxistas londinenses descubrió que la parte posterior del hipocampo estaba más desarrollada de lo normal para memorizar las complejas rutas de la ciudad. En los músicos, las áreas de la corteza motora que controlan los dedos están expandidas. En otras palabras, los comportamientos habituales están reescribiendo literalmente el “plano arquitectónico” físico del cerebro.
Aún más fascinante es el tiempo que toma establecer nuevos hábitos. Según los neurocientíficos, los hábitos simples necesitan 21 días, mientras que los complejos requieren alrededor de 66 días para que los circuitos neuronales se estabilicen. En este punto, esa conducta se convierte en una “segunda naturaleza” que se ejecuta automáticamente sin esfuerzo consciente.
Que los antiguos expresaran esto como “segunda naturaleza” sugiere que intuitivamente comprendían el nacimiento de un “yo alternativo” a través de nuevos circuitos neuronales. Los hábitos no son simplemente patrones de comportamiento: son “otra versión de nosotros mismos” construida sobre la base física del cerebro.
Lecciones para hoy
Lo que este proverbio nos enseña hoy es que la acumulación de pequeñas acciones diarias tiene el poder de cambiar fundamentalmente nuestras vidas. En lugar de tratar de trabajar duro de una vez buscando grandes cambios, encontrar algo que puedas continuar aunque sea un poco cada día y convertirlo en un hábito lleva a un crecimiento más confiable y sostenible.
En la sociedad moderna, donde la información desborda y hay innumerables opciones, la elección de qué convertir en hábitos se vuelve más importante. El hábito de mirar teléfonos inteligentes sin pensar y el hábito de leer ambos se convierten en “segunda naturaleza” de la misma manera. Por eso necesitamos elegir conscientemente y nutrir buenos hábitos.
Este proverbio también es un mensaje de esperanza. Incluso si no estás satisfecho con tu yo actual, los pequeños hábitos que comiences hoy seguramente cambiarán tu yo futuro. No busques la perfección; valora la continuación. El potencial que duerme dentro de ti seguramente florecerá a través de la acumulación diaria llamada hábitos.


Comentarios