Pronunciación de “泣く子は育つ”
Naku ko wa sodatsu
Significado de “泣く子は育つ”
“Los niños que lloran crecen” es un proverbio que significa que los bebés que lloran frecuentemente están sanos con una vitalidad fuerte y crecerán robustamente.
Este proverbio se usa principalmente en el contexto de criar bebés y niños pequeños. A menudo se usa como aliento para los padres y quienes los rodean que están preocupados por un bebé que llora frecuentemente, con el significado “el llanto es prueba de buena salud, así que no hay necesidad de preocuparse.” También se usa como palabras de consuelo para padres que se preocupan por bebés silenciosos que no lloran mucho, diciendo “los bebés que lloran tienden a crecer más fuertes.”
Incluso hoy, esta expresión es apreciada como palabras que tranquilizan a los padres que crían hijos. Cuando están agotados por el llanto nocturno de un bebé o llantos intensos, muchos padres encuentran apoyo emocional cuando los abuelos o madres experimentadas les dicen “los niños que lloran crecen, así que está bien.” Este proverbio refleja la perspectiva japonesa de crianza de ver el llanto—un fenómeno aparentemente problemático—positivamente como evidencia de crecimiento.
Origen y etimología
“Los niños que lloran crecen” se piensa que es un proverbio nacido de la combinación de las creencias ancestrales japonesas sobre crianza y el conocimiento médico.
En Japón antes del período Edo, las tasas de mortalidad infantil eran extremadamente altas, y si los bebés recién nacidos crecerían de manera segura era una preocupación importante. Contra este trasfondo histórico, los bebés que lloraban frecuentemente eran considerados como teniendo pulmones fuertes y fuerza vital.
De hecho, llorar también era ejercicio importante para los bebés. Llorar fuerte fortalecía los pulmones y desarrollaba el sistema respiratorio. Además, llorar mejoraba la circulación sanguínea y ejercitaba los músculos de todo el cuerpo, por lo que se entendía experiencialmente que tenía efectos positivos en el desarrollo físico general.
Además, los bebés que lloraban frecuentemente eran niños que podían expresar apropiadamente el hambre y la incomodidad, lo que también era prueba de salud. Por el contrario, los bebés que no lloraban mucho a veces eran motivo de preocupación como potencialmente teniendo constituciones débiles.
De tales observaciones basadas en la experiencia, nació el proverbio “los niños que lloran crecen” y se transmitió como sabiduría para que los padres y adultos circundantes vieran positivamente el llanto de los bebés. Este proverbio contiene percepciones profundas arraigadas en la vida diaria de una era cuando la medicina aún no estaba desarrollada.
Datos curiosos
Los llantos de bebé están científicamente probados de estar en el rango de frecuencia más audible para los oídos adultos. Se piensa que este es un mecanismo que se desarrolló a través de la evolución para que los adultos pudieran notar rápidamente las necesidades de los bebés, apoyando la racionalidad biológica detrás de “los niños que lloran crecen.”
También, los libros de crianza del período Edo contienen descripciones que afirman “los bebés que lloran bien son robustos,” mostrando que este proverbio se transmitió no como mera superstición sino como sabiduría basada en años de experiencia.
Ejemplos de uso
- El bebé del vecino está llorando fuerte otra vez, pero los niños que lloran crecen, así que es prueba de buena salud
- Nuestro hijo tuvo un llanto nocturno terrible y fue difícil, pero los niños que lloran crecen, y ahora ha crecido espléndidamente
Interpretación moderna
En la sociedad moderna, las perspectivas hacia el proverbio “los niños que lloran crecen” se han vuelto complejas. Con los avances médicos, las razones por las que los bebés lloran han sido explicadas en más detalle, y ahora sabemos que hay casos donde simplemente “llorar = saludable” no aplica.
Por ejemplo, las causas del llanto nocturno ahora se atribuyen a ritmos de sueño no desarrollados y factores ambientales, y casos de llanto continuo intenso se consideran como potencialmente siendo señales de alguna incomodidad. La crianza moderna enfatiza analizar las razones del llanto y responder apropiadamente.
Por otro lado, en la era actual de familias nucleares crecientes, este proverbio mantiene su valor como apoyo emocional para nuevos padres. El hashtag “los niños que lloran crecen” se usa al compartir preocupaciones de crianza en redes sociales, y esta frase aparece como un mensaje alentador en aplicaciones de paternidad.
También, en tiempos modernos con más padres trabajadores, este proverbio se usa como palabras de consuelo para “llanto fuerte en el momento de recoger en la guardería.” Ayuda a aliviar la culpa sobre los niños que lloran y proporciona el espacio emocional para aceptarlo como parte del proceso de crecimiento.
Mientras equilibra el conocimiento científico con la sabiduría tradicional, este proverbio continúa viviendo en la crianza moderna.
Cuando la IA escucha esto
En el ámbito actual de la crianza infantil, existe una marcada tendencia a idealizar a los “niños que no dan problemas” y a los “niños tranquilos”. En las guarderías, los niños que pueden permanecer sentados en silencio son valorados como “bien portados”, mientras que la mirada social hacia los niños que lloran en espacios públicos se vuelve cada año más severa.
Detrás de este cambio se encuentra la transformación del entorno habitacional debido a la urbanización. En la era moderna, donde predominan los edificios de apartamentos, el llanto infantil se convierte fácilmente en fuente de conflictos vecinales, llevando a los padres a esforzarse desesperadamente por mantener callados a sus hijos. Además, debido a la nuclearización familiar, se ha vuelto difícil transmitir la sabiduría de las generaciones abuelas que interpretaban el llanto como “manifestación de vitalidad”.
Sin embargo, las investigaciones en psicología del desarrollo han revelado que el acto de “llorar” durante la primera infancia desempeña un papel extremadamente importante en el desarrollo de la expresión emocional y en la formación del vínculo afectivo entre padres e hijos. A través del llanto se fortalecen el sistema respiratorio y las cuerdas vocales, y también se desarrolla la función de liberación del estrés.
La antigua sabiduría de que “el niño que llora crece sano” nos enseña la importancia de aceptar la expresión natural de los niños. La “imagen del niño silencioso” que demanda la sociedad moderna puede parecer ideal a primera vista, pero en realidad podría estar suprimiendo la capacidad expresiva y la vitalidad que los niños deberían poseer naturalmente. Para “crecer” en el verdadero sentido de la palabra, quizás lo que realmente se necesita es un entorno donde a veces puedan expresar sus emociones sin preocuparse por el entorno.
Lecciones para hoy
“Los niños que lloran crecen” nos enseña a nosotros la gente moderna que las situaciones aparentemente problemáticas y los eventos ruidosos podrían ser en realidad señales de crecimiento y desarrollo.
Cuando los recién llegados al trabajo hacen preguntas activamente sin temer al fracaso, cuando los niños expresan activamente opiniones en la escuela y las discusiones se vuelven acaloradas, cuando los residentes debaten activamente temas comunitarios. Esta “ruidosidad” puede parecer problemática, pero podría ser en realidad evidencia de crecimiento saludable.
La sociedad moderna tiende a idealizar estados silenciosos y sin problemas, pero este proverbio nos ofrece una perspectiva diferente. La vitalidad, el entusiasmo, y a veces incluso la confusión y el conflicto, si surgen de la fuerza vital y el deseo de crecer, valen la pena de ser aceptados positivamente.
Esta perspectiva es especialmente importante para aquellos involucrados en la crianza y el desarrollo de recursos humanos. En lugar de estados perfectamente silenciosos y obedientes, los estados algo demandantes pero expresivos y activos a menudo llevan a un mayor crecimiento futuro. Con el espíritu de “los niños que lloran crecen,” deberíamos mantener corazones que observen cálidamente la ruidosidad ante nosotros como energía para el crecimiento.


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