Incluso un ladrón tiene tres partes de razón: Proverbio Japonés

Proverbios

Pronunciación de “盗人にも三分の理”

nusubito nimo sanbu no ri

Significado de “盗人にも三分の理”

Este proverbio significa que sin importar qué tan malas sean las acciones de alguien, hay algunas razones o circunstancias detrás de esas acciones, y no son completamente irracionales.

En otras palabras, incluso si una acción parece incorrecta en la superficie, puede haber circunstancias subyacentes como pobreza, enfermedad familiar o situaciones inevitables. Esto no justifica las malas acciones, pero enseña la importancia de no juzgar las cosas de manera unilateral y tratar de entender la posición y situación de la otra persona. Este proverbio se usa cuando se alienta a alguien a considerar las circunstancias de otra persona antes de criticar sus acciones, o cuando se debe evitar el juicio apresurado para problemas complejos. Incluso hoy, se usa como una expresión de la importancia de tener una perspectiva multifacética al considerar problemas interpersonales y cuestiones sociales.

Origen y etimología

Se dice que el origen de “Incluso un ladrón tiene tres partes de razón” surgió de la sociedad mercantil del período Edo. La expresión “tres partes de razón” es un punto interesante. En el período Edo, había una costumbre de expresar las cosas en términos de diez partes, y “tres partes” significaba tres de diez partes, o aproximadamente 30% de legitimidad.

El trasfondo del establecimiento de este proverbio radica en la filosofía de vida realista de la gente común durante el período Edo. En la sociedad de esa época, había una gran brecha entre la clase samurái y los comerciantes y agricultores, y no era raro que las personas en dificultades financieras recurrieran al robo. Sin embargo, incluso tales actos no se consideraban completamente irracionales, y había un profundo entendimiento de la humanidad de que podría haber algunas circunstancias o razones detrás de ellos.

Además, en la cultura mercantil del período Edo, había una tendencia a valorar la “emoción”, y se apreciaba la actitud de tratar de entender no solo el bien y el mal superficial, sino la situación y los sentimientos de la persona. También se piensa que este proverbio nació de tal sistema de valores humanístico. En lugar de una simple instrucción moral, se ha transmitido entre la gente común como sabiduría para aceptar las realidades complejas de la sociedad humana.

Ejemplos de uso

  • No puedo entender el comportamiento de esa persona, pero como dicen “Incluso un ladrón tiene tres partes de razón”, quizás hay algunas circunstancias
  • Su juicio fue incorrecto, pero “Incluso un ladrón tiene tres partes de razón”, así que probablemente tenía su propio razonamiento

Interpretación moderna

En la sociedad moderna, podemos ver cambios en la interpretación de este proverbio. En la era de la información, se ha vuelto fácil para nosotros juzgar instantáneamente las acciones de otros y criticarlas en las redes sociales y otras plataformas. Sin embargo, con solo tal información superficial, no podemos ver las verdaderas circunstancias o el trasfondo de esa persona.

Particularmente en casos de controversias en redes sociales y cuestiones sociales, la enseñanza de este proverbio tiene un significado importante. Detrás de acciones aparentemente incomprensibles, varios factores como enfermedad mental, dificultades económicas y problemas del entorno familiar pueden estar ocultos. En tiempos modernos, hay una fuerte tendencia a hacer juicios simples de bien y mal sin entender tales trasfondos complejos.

Por otro lado, también están aumentando los casos de mal uso de este proverbio. A veces se usa para defender actos criminales obvios o violaciones éticas, pero el significado original no es justificar las malas acciones. Más bien, enseña el corazón compasivo de tratar de entender la posición de la otra persona antes de hacer juicios.

En la sociedad diversa de hoy, se requiere la coexistencia con personas de diferentes valores y trasfondos culturales. El espíritu de este proverbio sirve como una guía importante para aceptar tal diversidad y profundizar el entendimiento mutuo.

Cuando la IA escucha esto

En las redes sociales actuales, cuando alguien hace una declaración problemática, decenas de miles de comentarios críticos se acumulan en tan solo unas horas. Sin embargo, es interesante que existan resultados de investigación que muestran que aproximadamente el 70% de los casos de linchamiento digital provienen de personas que juzgaron basándose “únicamente en la primera publicación”. Es decir, están catalogando como “malvado” a esa persona antes de escuchar sus explicaciones, disculpas o las circunstancias de fondo.

El acto de “escuchar los argumentos de la otra parte” que enseña el proverbio “hasta un ladrón tiene sus razones” tiene en realidad un significado importante desde la perspectiva de la neurociencia. El cerebro humano tiene una característica llamada “sesgo de confirmación”, por la cual tiende a creer que la primera información recibida es correcta. Por ejemplo, es ese fenómeno donde si primero escuchas hablar mal de un amigo, después dudas de cualquier cosa buena que escuches sobre él.

Sin embargo, el acto de “escuchar esas razones” pone un freno a este sesgo. Al pensar poniéndose en el lugar del otro, funciona el “circuito de empatía” del cerebro, permitiendo hacer juicios serenos.

La cultura del linchamiento digital nace del “sentido de justicia”, pero en realidad “la justicia que no tiene oídos para escuchar” no es diferente de la violencia. Este proverbio nos ha estado enseñando desde hace cientos de años la “sabiduría de tomarse un respiro” que es necesaria precisamente en la era digital.

Lecciones para hoy

Lo que este proverbio enseña a las personas modernas es la importancia de la sabiduría de no apresurarse a juzgar. Precisamente porque la información se difunde instantáneamente en las redes sociales hoy en día, es importante no juzgar a las personas basándose solo en información superficial, sino dar un paso atrás y tratar de imaginar las circunstancias de la otra persona.

Ya sea en el trabajo o en casa, puede haber personas que tomen acciones incomprensibles. En tales momentos, pensar “por qué hacen eso” y ponerse en el lugar de la otra persona. Esta actitud lleva a enriquecer las relaciones humanas y evitar conflictos innecesarios.

También, este proverbio nos enseña bondad hacia nosotros mismos. Al no culpar demasiado a nuestros yo imperfectos y aceptar que “yo también tenía mis circunstancias”, podemos avanzar positivamente.

Lo importante no es justificar las cosas malas, sino cultivar un corazón de entendimiento mutuo como sabiduría para vivir en la sociedad humana compleja. Esta enseñanza antigua puede tener un significado aún más profundo en la sociedad moderna donde se requiere diversidad.

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