Pronunciación de “捨てる神あれば拾う神あり”
Suteru kami areba hirou kami ari
Significado de “捨てる神あれば拾う神あり”
Este proverbio expresa una perspectiva esperanzadora de la vida de que incluso cuando un camino se cierra, otro seguramente se abrirá.
En la vida, hay momentos cuando alguien nos abandona o perdemos oportunidades, pero incluso en tales situaciones, alguien más siempre extenderá una mano amiga o surgirán nuevas oportunidades. En otras palabras, nos enseña que incluso en situaciones aparentemente desesperanzadoras, la salvación y la esperanza siempre existen.
Este proverbio se usa principalmente para alentar a las personas que enfrentan dificultades de la vida como desamor, desempleo o problemas de relaciones. Se usa con sentimientos de consuelo y aliento, diciendo “Puede ser difícil ahora, pero seguramente vendrán cosas buenas.” También se usa como apoyo emocional para no perder la esperanza cuando nosotros mismos estamos en situaciones difíciles. Incluso hoy, esta verdad universal de la vida resuena con muchas personas y continúa siendo apreciada como sabiduría para sobrevivir tiempos difíciles.
Origen y etimología
“Si hay un dios que abandona, hay un dios que recoge” tiene sus orígenes profundamente arraigados en la antigua cosmovisión sintoísta de Japón. Esta expresión se puede encontrar en la literatura del período Edo y ha sido un proverbio querido entre la gente desde esa época.
En el sintoísmo, se cree que ocho millones de dioses tienen cada uno diferentes personalidades y roles. La idea subyacente a este proverbio es que incluso si un dios te abandona, otro dios seguramente extenderá una mano amiga. Esto puede decirse que es un concepto único del politeísmo, diferente del monoteísmo.
Lo que es interesante es cómo expresa las acciones contrastantes de “abandonar” y “recoger” como actos de los dioses. Los antiguos japoneses veían los altibajos de la vida como la voluntad de los dioses y buscaban apoyo espiritual para no perder la esperanza incluso en situaciones desesperadas.
Además, esta expresión contiene no solo el significado pasivo de “depender de los dioses” sino también la importancia de vivir positivamente sin rendirse incluso en situaciones difíciles. Este proverbio, nutrido dentro de la cultura común del período Edo, echó raíces profundas en los corazones de las personas como sabiduría para vivir sin perder la esperanza incluso dentro del estricto sistema de clases.
Ejemplos de uso
- Me despidieron de mi empresa, pero “si hay un dios que abandona, hay un dios que recoge,” y esta vez encontré un lugar de trabajo aún mejor
- Estaba deprimida después de que él me dejara, pero dicen “si hay un dios que abandona, hay un dios que recoge,” así que estoy segura de que conoceré a alguien maravilloso
Interpretación moderna
En la sociedad moderna, este proverbio ha llegado a tener nuevas interpretaciones y significados. En la era actual de las redes sociales, incluso si las cosas no funcionan en una plataforma, hay innumerables oportunidades de éxito en otros lugares. No es raro ver ejemplos de personas que lucharon en YouTube pero se convirtieron en grandes éxitos en TikTok, o aquellos que tuvieron dificultades con la búsqueda tradicional de empleo pero demostraron sus talentos a través del crowdsourcing.
Debido a la globalización y digitalización, podríamos decir que el número de “dioses” ha aumentado dramáticamente. Las limitaciones geográficas han desaparecido, y existe potencial para que “dioses que recogen” existan en todo el mundo. En tiempos modernos donde se valora el espíritu emprendedor, incluso cuando una empresa te abandona, otros inversionistas o partidarios a menudo aparecen.
Sin embargo, por otro lado, también ha surgido confusión por tener demasiadas opciones. Más personas están confundidas sobre en qué “dios” creer o qué camino elegir. También, con la difusión de las redes sociales haciendo más visibles los éxitos de otros, muchas personas se sienten ansiosas preguntándose “¿por qué no aparece un dios que me recoja solo a mí?”
En tiempos modernos, además de la esencia de este proverbio – “un corazón que no pierde la esperanza” – quizás también necesitamos la iniciativa de buscar activamente nuevas posibilidades.
Cuando la IA escucha esto
El hecho de que los “dioses” en este proverbio se expresen en plural representa el núcleo de la concepción japonesa del destino. En el mundo monoteísta, tanto las dificultades como la salvación en la vida se perciben como provenientes del mismo dios único. Es decir, es la manifestación de una voluntad consistente donde “Dios da las pruebas y Dios da la salvación”.
Sin embargo, los japoneses tienen una forma de pensar completamente diferente. Al representar al “dios que abandona” y al “dios que recoge” como entidades separadas, entienden el destino como la interacción de dioses con múltiples sistemas de valores. Por ejemplo, un dios valora la severidad, mientras que otro dios valora la compasión.
Lo que genera esta concepción politeísta del destino es una ruta de escape psicológico de la desesperación. En el monoteísmo, en el momento en que uno siente que “ha sido abandonado por Dios”, no existe otra entidad en la que confiar aparte de ese dios. Sin embargo, en la cosmovisión japonesa, incluso si uno es abandonado por un dios, surge naturalmente la esperanza de que “seguramente otro dios me recogerá”.
De hecho, aunque se considera que la tasa de suicidio de Japón es alta entre los países desarrollados, al mismo tiempo también existe una fuerte cultura que afirma el “volver a empezar”. La evidencia de esto son la alta frecuencia de cambios de trabajo y la popularidad de las historias que retratan nuevos comienzos en la vida. Esto podría deberse a que la concepción del destino tejida por múltiples dioses proporciona a los japoneses una red de seguridad psicológica de que “siempre habrá una próxima oportunidad”.
Lecciones para hoy
Lo que este proverbio enseña a las personas modernas es que las posibilidades de la vida no se limitan a solo una. La fuerza del corazón para creer que incluso cuando una puerta se cierra, siempre hay otra puerta se convierte en la fuerza motriz para superar las dificultades.
En la sociedad moderna, tendemos a evitar nuevos desafíos por miedo al fracaso, pero este proverbio nos da la tranquilidad de que “está bien fallar.” No hay necesidad de temer al cambio, ya sea cambiar de trabajo, escuelas, o emprender nuevos pasatiempos.
Lo que es importante no es solo esperar a un “dios que recoge,” sino tomar acción nosotros mismos para buscar nuevos encuentros y oportunidades. Al participar en nuevas comunidades en redes sociales, comenzar lecciones, o participar en actividades de voluntariado, podríamos encontrar “dioses” inesperados.
Tampoco deberíamos olvidar que nosotros mismos podemos convertirnos en “dioses que recogen” para alguien más. Al extender una mano amiga a aquellos en problemas, a su vez nos convertimos en seres apoyados. Este proverbio nos habla silenciosamente a nosotros las personas modernas sobre la importancia de las conexiones humanas y el valor de continuar manteniendo la esperanza.


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