Better be envied than pitied – Proverbio inglés

Proverbios

Cómo leer “Better be envied than pitied”

Mejor ser envidiado que compadecido
me-JOR ser en-vi-DIA-do que com-pa-de-CI-do
Todas las palabras usan pronunciación común.

Significado de “Better be envied than pitied”

En pocas palabras, este proverbio significa que es mejor que otros sientan celos de tu éxito a que sientan lástima por tus fracasos.

El dicho contrasta dos posiciones muy diferentes en la vida. Ser envidiado significa que tienes algo que otros desean. Tal vez tengas dinero, talento o buena fortuna. Ser compadecido significa que otros sienten pena por ti porque las cosas salieron mal. El proverbio sugiere que aunque la envidia se sienta incómoda, sigue siendo mejor que la lástima.

Esta sabiduría se aplica cuando las personas enfrentan decisiones difíciles sobre tomar riesgos. Iniciar un negocio podría generar envidia si tiene éxito o lástima si fracasa. Hacer una prueba para un equipo podría resultar en que otros sientan celos de tu lugar o lástima porque te rechazaron. El dicho anima a las personas a apuntar alto incluso cuando el fracaso es posible.

Lo interesante de esta idea es cómo revela nuestra profunda necesidad de respeto. La mayoría de las personas preferiría ser mal vista por su éxito que ser querida por sus luchas. Muestra que la dignidad importa más que la comodidad. El proverbio nos recuerda que jugar a lo seguro podría evitar la envidia, pero también arriesga terminar en una posición donde otros nos compadezcan.

Origen

El origen exacto de este proverbio es desconocido, aunque ideas similares aparecen en escritos antiguos sobre la naturaleza humana y el estatus social.

El concepto refleja actitudes comunes en sociedades donde el ascenso social era posible pero difícil. En muchos períodos históricos, las personas podían mejorar su posición a través del trabajo duro, decisiones inteligentes o buena fortuna. Esto creaba tensión entre quienes tenían éxito y quienes no. El dicho probablemente surgió de observar cómo las personas reaccionaban al éxito y fracaso de otros.

El proverbio se extendió a través de la tradición oral y colecciones escritas de sabiduría. Con el tiempo, se convirtió en una forma de fomentar la ambición y la toma de riesgos. Diferentes culturas desarrollaron dichos similares que comparaban la incomodidad de ser envidiado con la vergüenza de ser compadecido. El mensaje central se mantuvo consistente a través de diferentes sociedades y períodos de tiempo.

Curiosidades

La palabra “envidia” viene del latín “invidia,” que significa “mirar con mala voluntad.” Esto se conecta con la idea del “mal de ojo” en muchas culturas.

La palabra “lástima” deriva del latín “pietas,” que originalmente significaba “deber” o “devoción,” pero evolucionó para significar sentir pena por la desgracia de alguien.

Este proverbio usa estructura paralela, contrastando dos respuestas emocionales que representan posiciones sociales opuestas.

Uso

  • Madre a hija: “Sé que las otras chicas hablan de tu ropa de diseñador, pero mejor ser envidiado que compadecido.”
  • Socio comercial a colega: “Claro, se quejan de que somos demasiado exitosos, pero mejor ser envidiado que compadecido.”

Sabiduría universal

Este proverbio toca una verdad fundamental sobre la psicología social humana y nuestra profunda necesidad de estatus y respeto. A lo largo de la historia, los humanos han vivido en grupos donde la posición social determinaba el acceso a recursos, parejas y seguridad. Ser envidiado señala que posees algo valioso, mientras que ser compadecido sugiere que careces de necesidades básicas o capacidades.

La sabiduría revela una realidad incómoda sobre la naturaleza humana. Estamos programados para preocuparnos intensamente por cómo otros nos perciben, no solo por vanidad, sino por supervivencia. En ambientes ancestrales, ser visto como débil o sin éxito podía significar exclusión del grupo. Incluso hoy, esta programación antigua influye nuestras decisiones. A menudo preferimos el estrés de mantener el éxito a la seguridad de bajas expectativas.

Lo que hace este dicho particularmente perspicaz es cómo reconoce que tanto la envidia como la lástima son experiencias desagradables. Ninguna se siente bien de recibir. Pero el proverbio sugiere que la envidia, a pesar de su incomodidad, viene de una posición de fuerza. Cuando otros te envidian, tienes agencia y opciones. Cuando te compadecen, eres visto como impotente. Esto refleja una verdad más profunda sobre la dignidad humana. Necesitamos sentirnos capaces y efectivos, no solo cómodos y seguros. El proverbio captura por qué las personas a lo largo de la historia han elegido caminos difíciles hacia el logro en lugar de caminos fáciles hacia la mediocridad.

Cuando la IA escucha

La envidia y la lástima funcionan como transmisiones secretas sobre información oculta. Cuando alguien te envidia, accidentalmente revela que ve valor que tienes. También admite que piensa que podría manejar tu éxito mejor. La lástima hace lo opuesto: muestra que alguien piensa que careces de algo importante. Ambas emociones filtran pensamientos privados sobre quién tiene qué recursos.

Esta filtración emocional ocurre porque los humanos son terribles ocultando sus evaluaciones. Tu cerebro automáticamente calcula quién tiene más o menos que tú. Estos cálculos se escapan a través de sentimientos antes de que puedas detenerlos. La envidia significa que alguien te ve como competencia que vale la pena temer. La lástima significa que te ven como ninguna amenaza. Ambas revelan su clasificación honesta de tu posición.

La parte fascinante es cómo los humanos prefieren la emoción hostil sobre la amable. Esto parece al revés hasta que te das cuenta de lo que cada emoción realmente te dice. La envidia confirma que tienes algo que vale la pena desear, incluso de personas que te desagradan. La lástima confirma que necesitas ayuda, lo cual se siente terrible pero no revela nada valioso. Los humanos preferirían tener enemigos que respeten su éxito que amigos que los vean como débiles.

Lo que … nos enseña hoy

Vivir con esta sabiduría requiere entender tanto su poder como sus limitaciones. La perspectiva fomenta la ambición y la toma de riesgos, pero no debería convertirse en una obsesión con el estatus o un miedo al fracaso. El objetivo no es hacer que otros sientan envidia, sino construir una vida que valga la pena envidiar. Esto significa enfocarse en logros genuinos y crecimiento en lugar de solo apariencias.

En las relaciones, esta sabiduría ayuda a explicar por qué ofrecer lástima a veces puede ser contraproducente. Las personas a menudo prefieren reconocimiento de su fuerza sobre simpatía por sus luchas. En lugar de decir “Siento lástima por ti,” podría ser mejor decir “Esa es una situación difícil” o “Estás manejando esto bien.” Esto preserva la dignidad mientras aún muestra cuidado. El proverbio también nos recuerda que apoyar las ambiciones de alguien, incluso las arriesgadas, puede ser más útil que protegerlos de la posible decepción.

La lección más profunda es sobre elegir crecimiento sobre comodidad. Esto no significa ser imprudente o ignorar limitaciones reales. Significa reconocer que cierta incomodidad viene de estar en una buena posición, no en una mala. Cuando la envidia de otros te hace sentir incómodo, recuerda que a menudo señala que te mueves en la dirección correcta. El proverbio nos anima a abrazar los desafíos que vienen con el éxito en lugar de conformarnos con la seguridad de bajas expectativas. La verdadera satisfacción a menudo viene no de evitar todas las reacciones negativas, sino de ganarse el tipo de reacciones negativas que señalan progreso positivo.

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