Pronunciación de “治に居て乱を忘れず”
Chi ni ite ran wo wasurezu
Significado de “治に居て乱を忘れず”
“En tiempos de orden no olvidar el desorden” significa que precisamente durante tiempos pacíficos y estables, uno no debe descuidar las preparaciones para posibles futuras confusiones o crisis.
Esta frase enseña la importancia de no volverse complaciente con las condiciones favorables actuales, sino mantener siempre una mentalidad que mira hacia adelante. Durante tiempos pacíficos, las personas tienden a volverse descuidadas y su conciencia sobre la gestión de crisis se debilita. Sin embargo, mirando hacia atrás en la historia, sin importar cuán estable pueda ser una era, las olas de cambio inevitablemente llegan.
Este proverbio se usa en situaciones donde, en la gestión organizacional o la planificación de vida personal, uno fomenta la preparación que considera riesgos futuros precisamente durante períodos tranquilos. También se usa cuando se expresa la importancia de que las empresas exitosas o individuos no se vuelvan demasiado confiados, sino que mantengan continuamente ambición y conciencia de crisis. En tiempos modernos, esta “preparación” se entiende en un sentido más amplio, abarcando no solo preparaciones físicas sino también la adquisición de conocimiento y habilidades, construcción de relaciones humanas, y preparación mental.
Origen y etimología
“En tiempos de orden no olvidar el desorden” es una frase que se origina del clásico chino antiguo “I Ching” (Libro de los Cambios). El I Ching comenzó como un texto de adivinación en la antigua China pero luego se desarrolló en una obra filosófica que influyó a muchos pensadores, incluyendo a Confucio.
El trasfondo del nacimiento de esta frase yace en la historia turbulenta de la antigua China. En medio del repetido ascenso y caída de dinastías, existía la dura realidad de que los tiempos pacíficos no necesariamente durarían para siempre. Particularmente durante los períodos de Primavera y Otoño y Estados Combatientes (siglo VIII a.C. al siglo III a.C.), fue una era de conflicto continuo entre varios estados, donde la paz de hoy no estaba garantizada para mañana.
El I Ching enseña la filosofía del “cambio” (heneki), que establece que todas las cosas están constantemente cambiando. De esta forma de pensar surgió la enseñanza de que uno debería mantener vigilancia, entendiendo que sin importar cuán favorable pueda ser la situación actual, no es permanente. Esto fue transmitido a Japón durante los períodos Nara a Heian junto con el budismo y confucianismo, y fue particularmente valorado en la sociedad guerrera. Para los comandantes militares que sobrevivían en tiempos de guerra, esta frase, que predicaba la importancia de la preparación durante tiempos de paz, se convirtió verdaderamente en un lema personal.
Ejemplos de uso
- Precisamente porque el rendimiento de nuestra empresa es favorable ahora, estamos avanzando preparaciones para nuevas empresas comerciales con el espíritu de “En tiempos de orden no olvidar el desorden”
- Revisar nuestros hábitos de estilo de vida mientras estamos saludables ahora es también lo que significa “En tiempos de orden no olvidar el desorden”
Interpretación moderna
En la sociedad moderna, la enseñanza de “En tiempos de orden no olvidar el desorden” tiene un significado aún más importante que antes. Esto es porque, en medio del avance de la globalización y digitalización, la velocidad del cambio en nuestro entorno circundante se ha acelerado dramáticamente, aumentando la posibilidad de que crisis inesperadas lleguen súbitamente.
La propagación global del nuevo coronavirus se convirtió en un ejemplo moderno de precisamente esta enseñanza. Muchas empresas e individuos enfrentaron la situación inesperada de una pandemia, haciendo del trabajo remoto y la adaptación digital prioridades urgentes. Muchas personas probablemente sintieron intensamente la importancia de la preparación durante tiempos de paz a partir de esta experiencia.
En la industria de TI, este concepto se ha materializado como “resistencia” y “planificación de continuidad empresarial (BCP)”. Preparaciones técnicas como redundancia de sistemas, respaldo de datos, y medidas de ciberseguridad se implementan rutinariamente. A nivel individual, la diversificación de habilidades y el multi-seguimiento de carrera también han llegado a ser enfatizados.
Por otro lado, en tiempos modernos, la definición de “desorden” también se ha diversificado. No solo desastres naturales y crisis económicas, sino también cambios en la estructura industrial debido a la innovación tecnológica y división social debido a la diversificación de valores también son percibidos como “desorden”. Con la propagación de las redes sociales aumentando la velocidad de diseminación de información, también hay una mayor posibilidad de que pequeños problemas puedan desarrollarse instantáneamente en confusión mayor.
Precisamente porque vivimos en tales tiempos, se requiere que reinterpretemos y practiquemos el espíritu de la sabiduría antigua “En tiempos de orden no olvidar el desorden” en un contexto moderno.
Cuando la IA escucha esto
El cerebro humano tiene la tendencia de pensar “esto va a continuar para siempre” cuando las situaciones pacíficas se prolongan. En psicología, esto se conoce como “sesgo de normalidad”, y es famoso por ser la causa de retrasos en las evacuaciones durante desastres. Además, debido al “sesgo de optimismo”, tendemos a pensar que las cosas malas les suceden a otros y no tienen nada que ver con nosotros.
Lo fascinante es que los chinos ya habían detectado esta trampa cognitiva hace 2500 años. Esta enseñanza que predicaba la importancia de anticipar emergencias precisamente en tiempos de paz es exactamente una contramedida contra la “heurística de disponibilidad” que señala el economista conductual moderno Daniel Kahneman. Las personas tienden a dar importancia a eventos cercanos y memorables, mientras subestiman desastres y crisis poco probables.
En la sociedad moderna vemos el mismo fenómeno en la gestión de riesgos empresariales, las reservas personales y las decisiones de inversión. Cuando continúa la bonanza económica, nos hacemos la ilusión de que “los precios de las acciones seguirán subiendo”, y luego sufrimos las consecuencias cuando estalla la burbuja. Incluso durante la pandemia de COVID-19, muchos países fueron optimistas pensando “seguramente no llegará a nuestro país”.
Que la sabiduría antigua esté siendo comprobada por la ciencia moderna es también evidencia de que la estructura cognitiva humana no ha cambiado esencialmente. El hábito de imaginar conscientemente escenarios pesimistas es la única manera de superar este sesgo innato.
Lecciones para hoy
Lo que “En tiempos de orden no olvidar el desorden” nos enseña hoy es la importancia de regocijarse honestamente en el éxito y la estabilidad mientras no olvidamos prepararnos para el siguiente paso. Esto de ninguna manera es sobre volverse pesimista. Más bien, es una actitud positiva de mantener esperanza para el futuro y acumular lo que se puede hacer hoy.
En la sociedad moderna, hay muchas formas de aplicar esta enseñanza a la vida diaria. Precisamente cuando el trabajo va bien, adquirir nuevas habilidades; precisamente cuando se está saludable, regular hábitos de estilo de vida; precisamente cuando las relaciones humanas son buenas, expresar gratitud. Tales pequeñas acumulaciones se convierten en gran apoyo en tiempos de necesidad.
Además, esta frase se aplica no solo a individuos sino también a familias y comunidades locales. La preparación para desastres y construir relaciones donde las personas puedan apoyarse mutuamente son también cosas que se pueden hacer precisamente durante tiempos de paz.
Lo que es importante es no ser impulsado por la ansiedad a preocuparse excesivamente, sino disfrutar la felicidad de hoy mientras se disfruta sembrar semillas para el futuro. Tus pequeñas preparaciones de hoy se convierten en el poder para proteger el tú de mañana y tus personas preciosas. Cuando piensas en ello de esa manera, prepararse también se transforma en un acto lleno de esperanza.


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